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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Políticamente incorrecto


Publicado en diario La Capital, 23 de noviembre de 2016

Hay temas que consiguen esa calificación. En rigor indican que la mayoría, siempre circunstancial, o el momento en que se definen esos hechos, no se corresponde con lo que es aceptado sin oposición o que, sucede en muchos casos, está en franca disonancia con un criterio que se supone mayoritario. Las  minorías, por construcción, son políticamente incorrectas.

Significa que la acción (o decisión) no guarda diplomacia con las costumbres, moral o la situación actual del pais, estado, municipio ... y que va a tener una consecuencia adversa con la vida política del tomador de decisiones o del partido en que milita”. 

“Decir algo políticamente correcto, es decir algo "con tacto y educación", es decir, cuidando las formas para no molestar a nadie (o en su caso a los menos posibles). Por contra, decir algo políticamente incorrecto, es decir algo de forma brusca y sin tener en cuenta que puedas "herir" los sentimientos de quien escucha y/o lee”.

Ambas definiciones (en la red) ubican la cuestión. No es el sentido final de aquello que se dice sino la forma, el modo, el momento.

La soga en la casa del ahorcado sería la mejor definición de algo políticamente incorrecto.

Tenemos muchos ejemplos. Barras bravas, droga, mafia, narcotráfico, trata de personas, ilegalidad y asesinatos cuando se entrevista a los presidentes de clubes de fútbol profesional es un caso ¿Cómo podrían explicar que no saben nada…? Para esquivar el bochorno directamente no se habla del tema.

Algunos actores sociales se abusan del cuidado de lo que es correcto. Se abusan y esquivan, de ése modo, su participación en procesos oscuros de la sociedad. Algunos periodistas no preguntan lo que suponen incorrecto. Ni bien ni mal. Sucede.

La enumeración de algunas cuestiones políticamente incorrectas llevan a la verdadera entraña del país.

Negarse a la actualización de las formas del voto, para impedir el fraude, la apretada, la infinita maldad del conurbano y los caciques y caciquejos que condicionan candidatos y, finalmente, el estado en el que vivimos es un tema incorrecto, se disfraza la maldad del fraude objetando formalidades. El tema verdadero, correcto o incorrecto, es el de los representantes del pueblo. La transparencia es lo correcto. La alternancia. El recambio.

Senadores y/o concejales con 20 años en el cargo, en el mismo cargo, no pueden hablar de democracia y  alternancia. Mucho menos pedir que un gobernador no sea reelecto y  a ellos se les condone el pasado para asegurarles su porvenir. Los reporteamos, los escuchamos hablar de democracia representativa. Vamos, gremialistas que entraron como cadetes y hace 50 años que están en el sindicato. Che. No embromen,
Enojarse por la crítica, cuando se es un personaje público, negar el reportaje, esquivar el análisis y plantear la denuncia a los propios yerros como una persecución personal está claro que sucede, pero también que debe denunciarse, aún cuando se trate de ídolos populares que atraviesan los juicios cubiertos por la coraza del amor de sus seguidores. 

Lionel Messi pagando la multa por evasión, confesando de traje y corbata, aceptando que era culpable, que no sabía que hacía su papá, es un buen ejemplo que aquello que persiguió el fisco español era cierto, aún cuando empañaba la impenetrabilidad del ídolo. En Argentina criticar a Messi es políticamente incorrecto. Aquí no pagaría esos impuestos.

Oponerse a la ley de “galgos” (carreras, con apuestas, de  perros de esa raza) es un punto difícil, pero debe admitirse que los caballos tienen esos o mas problemas ¿iremos al fin de las carreras de caballos? Es moda o es redención. Tal vez  ni una cosa ni la otra. Hoy los galgos son los santos de la jornada y sus dueños los explotadores. Discutir el tema básico :¿ existe o no existe la “conciencia animal”? no es posible, no en estos días. Caballos de salto, caballos de polo, el mismísimo gaucho está en problemas, con o sin corrección política para tratar el tema. Castigar a un animal es delito de lesa humanidad para algunos exagerados.

La decisión yanqui: votar a Donald Trump’ y que sea electo presidente, ha llevado el tema de lo que es políticamente correcto a un límite que no se pensaba pero que, ay, apareció.

Cuestionamos la democracia (chicos, lo eligieron ellos en votaciones libres). No aceptamos que el “Estado de bienestar” está perdiendo la batalla, retrocediendo. No hemos decidido aún (pero no falta tanto) que los empleos que desaparecen se relacionan con las inmigraciones y, por tanto, debemos odiar a los inmigrantes pese a que… ¡ fuimos todos inmigrantes!.

Este es el dilema que viene. La xenofobia, el bolsillo y el fracaso de los sistemas políticos capitalistas, mientras nos acercamos ciegamente a la otra vereda,  a la injusticia y la tiranía de Putín y/o China Continental, con sus miserias, arbitrariedades e injusticias a las que negamos mencionar, para sostenernos en la blasfemia de lo “políticamente correcto” en cuestiones internacionales. 

Para que se entienda. Los mismos que  acusan a Donald Trump por sus manifestaciones derechistas, xenófobas, misóginas y definitivamente crueles, son los mismos que comercian con los chinos y usan el gas ruso sin problemas.

En rigor lo políticamente correcto confronta con la realidad. Una decisión política que la sociedad no asimiló, aún no asimiló, sirve para entender que lo políticamente correcto puede ser hipocresía en proceso; el ejemplo mas claro es la Ley de Paridad. Cómo negarla… la demora en aplicarla desnuda a la clase política, pero mas a quienes esos políticos representan.

Políticamente correcto es que los periodistas no confiesen su pasión deportiva y su filosofía política. Tambien que los actores políticos de primera clase escondan sus dineros, sus amantes y sus costumbres vitales.

Llevando las contradicciones donde corresponde: es políticamente incorrecto  vivir sin filtro.

miércoles, 8 de junio de 2016

Macri & el destino


Publicado en diario La Capital, 8 de junio de 2016


La muerte de Cassius Marcellus Clay actualiza viejos desencuentros, pasadas discusiones. Lo vimos siempre por tevé. El boxeo por televisión es menos cruel. También las muertes. Recordemos que Ted Turner” compró” una guerra y la difundió por televisión al mundo entero. La vimos por TNT. El que pagaba royalties la veía. Todo legal.
Las cosas han cambiado o, si se quiere, se han ido sumando para convertirse en esta realidad, tan virtual, tan sensación de inseguridad.
“Todo buen campeón ha de tener un gran ego, y, debido a que intenta derrotar a un hombre que no conoce demasiado, ha de ser insensible -lo cual es la base del ego-”.
“Alí formaba un caudal que superaba todas las peñas que representaban un obstáculo, era un ego que fluía como un río de constante energía, alimentado por cientos de ríos tributarios”. 
Cassius Clay, por decisión personal Muhamad Alí, planteó su negativa a Vietnam y Norman Mailer escribió ese genial opúsculo: "Rey del ring" donde insiste: "...Sabía que era el mejor del mundo porque estaba convencido, los demás le creían"...
¿Qué precio tiene el convencimiento para transmitir tal convicción? Para Norman Mailer no hay tiempo para discutir, solo una marcación ortográfica, apenas una “coma”. Dice: “Estaba convencido, los demás le creían...”
 Mailer enfrenta a sus personajes con el destino. Toda biografía es eso.
Cuando observamos los discursos del señor presidente el eje es el mismo. Verbos de segunda declinación. Querer y poder. También el enfrentamiento. Y el Ego, claro está.
El boxeador quiso y pudo pelear. Se negó a participar en una guerra que, como todas, es loca y asesina. Aquella la mentían por una televisión censurada.
Contra Vietnam, frente al manejo salvaje de aquella sociedad, el magnífico Ali fue una mariposa que fabricó vendavales destapando negociados y, también, "una hoja en la tormenta" de los turbios '70. Fue desafío y contradicción. Le decía “Tio Tom” a Frazier, pero no estaba lejos.
Alabama, Malcom X, Luther King, Angela Davis. Black Panter. Alí integra una secuencia.
Hay un cierto punto, un momento en el que, aún siendo el más grande, un sujeto no puede escaparse de su tiempo. Esas dos coordenadas del mundo posible, tiempo y espacio, acomodan mariposas y boxeadores, predestinando encuentros y desamores.
¿Cuándo llega Mauricio Macri a Boca, cuándo a la ciudad porteña de su único querer, cuándo al país...? ¿Cuando?
En los comienzos de Mauricio el jesuita Bergoglio iba a las villas y charlaba con el gordo Álvarez y otros guardianes de hierro como “Julito” Bárbaro. El mismo cura que los K ningunearon.
Su papá, Franco y, tal vez, sus actuaciones gerenciales, lo entrampaban con Menem y el país dólarizado. La historia no admite repollos ni generaciones espontáneas. El es un ingeniero, un Ceo del ’90, un presidente bostero victorioso y un intendente iluminado contra la monarquía populista que le subsidiaba los bondis, le pagaba la policía y el Obelisco.
Néstor y su mujer juntaban dinero y ensayaban, en Santa Cruz, una maquinaria de poder y corrupción que sería la llave para que lo votasen (a Macri) 30 años después. Contra esa corrupción estructural, que ahoga al país, Mauricio recibió el mandato.
La soja era, realmente, el yuyito que CFK nunca entendió. La frontera agropecuaria fue violentada, violada, derruida. La CEPAL, mientras tanto, no lograba explicar el 2001 y China pagando a precio de oro la soja para alimentar a los chanchos. CFK tampoco entendió el final, en el 2010, del boom de los commodities.
No existía Messi y Fidel Castro era un orador de la revolución tardía. Se vendían  las camisetas del Che Guevara, “made in Taiwan”. Che, qué cosa el mundo.
En algún momento Carrió reformula sus amores, sus odios y sus insatisfacciones por la inteligencia interrupta que la impulsa. Comienzan ella y otros, como Lanata, a viajar para traer información cruda desde los centros mundiales del poder.
En un instante muy especial el radicalismo implosiona con el inepto gobierno de De la Rúa y el peronismo retorna como Bordolino.
Es el mismo radicalismo de Morales, Sanz, Aguad, “coti” Nosiglia y Gualeguaychú
Kostecki, Santillán y las tapas de Clarín voltean a Duhalde. Él mismo Duhalde que perfeccionó el Frankestein argentino: provincia de Buenos Aires.
En algún momento el competidor de Kuligovsky se asocia con Romay y su hijo se convierte en una cría más del menemismo. Daniel Scioli, el auténtico personaje de Jerzy Kosinski.
En otro momento la droga debe emigrar y/o ampliar territorio tomado y Argentina es utilísima para el blanqueo y la tranquilidad. Aquí el crecimiento inmobiliario ennoblece a la coca y la efedrina.
Un día, una vez, el alcohol más el tabaco y la medicina descuidada, revientan la carótida de Néstor y ponen las cosas de un modo irreversible. El destino se acomoda.
Macri debe dar su pelea, el mandatp es de pelea. Un ingeniero no es un abogado, ni un negrito de Harlem (en rigor Louisville, Kentucky). Aún no se sabe si está convencido y por lo tanto convencerá. No tiene escritor de cabecera, los aprendices de Mailer se fueron con sus desnudos y sus muertos a las bóvedas del Calafate.
El voto, esa exageración de las matemáticas (como dice J.L.B.) lo ha puesto al frente. La confrontación es clásica. Contra el pasado y el porvenir.
Estamos embarcados. No es el Argo, tampoco el barco de Ulises o el Titánic. Ni mitología, leyenda o tragedia moderna. No hay otra forma de averiguar el mañana que la espera.

No es el segundo semestre de 2016 el centro de la historia. Somos nosotros. Y no es Cassius Marcellus Clay, es Mauricio. Y el destino

jueves, 24 de julio de 2014

Messi, ni autista ni histérico

Entrevista a Diego Schwarzstein para La Vereda de Enfrente


-Diego Schwarzstein es médico endocrinólogo. Es el único médico que trató a Messi en Rosario durante su infancia por los problemas de crecimiento.