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lunes, 19 de octubre de 2015

La cinta es el mensaje

Por Raúl Bigote Acosta

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día lunes 19 de octubre


La primera vez que escuché a Perón, fuera de sus discursos en primera y segunda presidencia, fue en un viejo grabador Geloso a cinta abierta. El “Colorado” Demarco había viajado a España, Madrid, Puerta de Hierro, Naval Manzano 4. Contar el viaje llevaba la primera media hora de los encuentros. “¿Venís ...?”. Hoy el colorado vuelve a pasar la cinta del mensaje del viejo...”. Y aquel tranquilo fotógrafo de La Tribuna nos reunía en un living, un garaje, el fondo de una carpintería. Sitios obreros y tranquilos, de sábados rosarinos de aquellos años, cuando el peronismo aún se esperaba.... Como solución. Ja. 

Hoy aquella residencia en el clima seco de las afueras de Madrid, como si fuese una perfecta alegoría del país, está fraccionada al menos en tres lotes. Jorge Valdano, sí señor, sí señora, el mismo. Jorge Valdano, un progresista europeo nacido en Las Parejas, provincia de Santa Fe, la compró, la dividió y revendió. Si algo define al peronismo en su exacta medida es eso. Rezar por Perón y descuidar el altar. Permitir que se lo lleven y lo vendan. Eso somos. Una cocina de una residencia que alojó el cadáver de Evita, en su paso por Madrid, que después de la muerte de su dueño compró, fraccionó, y entregó al mejor postor alguien, ajustado a derecho. “Vamos que todo duele, viejo Discepolín”...

miércoles, 1 de abril de 2015

La presencia de Máximo Kirchner

Editorial de La Vereda de Enfrente


"¿Es bueno o malo para  La Argentina la presencia de Máximo Kirchner? Como dice su mamá: los votos resuelven"

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cristina volvió a casa

El peronismo recibió a Cristina Fernández. Volvió a casa. Puede ser un tango. Locuras juveniles, la falta de consejos. El viejo criado no la recibió como un extraño. Otro tango. Ha vuelto la piba que un día se fuera, cuando no tenía quince primaveras (“Los cosos de al lao”, por eso es que bailan los cosos de al lao...)

El peronismo, ya se sabe, es un modo de ejercer el poder. Un sentimiento caro a quienes quieren vivir del Estado. Lejos estamos de aquellas consignas de justicia social. Mal se puede hablar de “justicia social” con una década perdida y cuatro millones de obreros en negro, impuesto al salario, inflación anualizada del 30 por ciento y ni un mango en el banco. Mal. Para el peronismo mal. Para la revolución trotskista mal. Para el comunismo internacional mal. Para la social democracia mal. Para el Estado de Bienestar recontra mal. Para la burocracia política más o menos, con este asunto de las redes sociales ni siquiera pueden tener un viaje a Miami en paz. Cualquier pavote tiene un teléfono con cámara incorporada y filma, si así fuese, a Diana Conti en su tercer tintillo. Ni dipsomanía, ni traiciones, ni amores perros. La burocracia está jodida con Internet y las redes. Nada queda de la casa natal.