Especial para el portal Urgente 24
El peronismo, el radicalismo, el socialismo (los pocos sobrevivientes) y algunos movimientos regionales no han advertido el siglo que se vino encima. Los últimos tres gobiernos, los de este siglo, fueron estos: un gobierno de ineptos y amigos, un gobierno de corruptos y amigos, un gobierno de empresarios /evasores y amigos. Estos últimos llegaron sabiendo el código binario y los algoritmos.
En el primero hubo un inepto y un cobarde político. En el segundo un gran jefe de banda y una heredera forzosa que creyó que robar era lícito y que no hay yerros en su vida. En el tercero asumieron los CEOS que entienden de producción y dividendos y muy poco de contemplaciones y diálogo. Todos fueron votados por nosotros, el pueblo argentino. Por algo será.
Escribí. Lo repito: “Cuando se buscan razones para algunas decisiones nacionales sobre dineros a invertir en obra pública, tal como la diferente atención a los subsidios y la poca o nula información sobre economías regionales sobre las que resuelven al pié del Obelisco pisoteando arándanos y/o vides, muchos olvidan que el país está construido sobre una deformación que claramente denunciase, con el símil de David y Goliat, un pensador desdeñado: Ezequiel Martínez Estrada. No hay que dividir La Matanza (o si) hay que dividir Quequén / San Nicolás y Hurlingam. Hay que auditar El Obelisco. Una provincia y una ciudad que suman el 57%efectivo del país se han convertido, claramente, en una deformación que es necesario asumir. Somos el país Quasimodo”.
Macri nos hace Bullyng y abusa del poder que, infelizmente, le hemos dado. El suyo es un gobierno democrático, fue el voto popular el que puso en el gobierno a la derecha argentina. No se avizora un peso similar del otro lado. Fuerzas dispersas, ladrones amigos, C FK dominando un centro de la escena que divierte a la derecha y la solaza. El desequilibrio ayuda a la impunidad. La ayudó a CFK y los ladrones que la acompañaron(angelito de dios, Binner sumó el 18% cuando ella fue proyectada al infinito). Ese desequilibrio tiene un lugar de asentamiento: el país Quasimodo. Seguimos desequilibrados.
En el país van por todo, sin decirlo, como hizo CFK sobre el discurso de la intendente Fein, desde el palco, un 20 de junio “allá lejos y hace tiempo”, pero los hechos son contundentes. Vienen por todo con un plan sistemático sobre la economía, sobre los impuestos, sobre las solidaridades sociales que, es obvio, se convirtieron en excesos.
Las leyes laborales son un tema a resolver como nudo gordiano. Rompiéndolas. Está claro que aquellas leyes del primer peronismo no se ajustan al siglo XXI, como está mas claro, todavía, que engendros finiseculares, que conducen gremios por 20 años, tal vez 30, no están en condiciones económicas para hablar de justicia, transparencia y repartos equitativos. El gremialismo vive en estado de sospecha. Razonables sospechas
Las provincias, donde Macri ejerce el abuso, no están en condiciones de acomodarse a un mundo diferente porque son dependientes del empleo público y, en muchos casos, inviables. La Rioja y los dineros nacionales un ejemplo. Como es inviable una provincia que asuma el 45% del país. De qué país. Debido a la imposibilidad de sobrevivir que tiene el país parece ostensible que el oxígeno aparecerá para que respire Buenos Aires, aunque los demás agonicen sin respirador. La provincia de Buenos Aires también es inviable.
La gran reforma, el gran cambio sería aceptar estas deformaciones e intentar revertirlas. Un Estado nacional verdaderamente juez, no juez y parte. Gobiernos que no piensen en las próximas elecciones. Un imposible. O dos.
No están solos los CEOS de los arrabales del planeta en esto de hundir mas al territorio. Maestros y alumnos que quieren decidir sobre planes de estudio suman al desastre sobre el conocimiento. Siete gremios parando subterráneos igual. Policías y corruptelas definen la gran virósica nacional.
Aviones que no aterrizan porque hay huelga de alguno de los muchos gremios que conforman un aeropuerto dan una medida terminal del desquicio.
Colegas que todos los años muestran de qué modo se comporta la frontera móvil y la droga, con filmaciones repetidas, dan otra medida: la de los “876”. Las drogas no son un problema de frontera, sino de sujeto. El sujeto es droga. Cómo frenarla, como combatirla, como aceptarla.
Si profesionalmente abominábamos de los “678” deberíamos consignar que, escondidos en un blíndex de imparcialidad, la defensa del gobierno actual está cercana a la desfachatez. Escuchar /ver / leer sobre economía a muchos profesionales obliga a dividir la paja del trigo en sus comentarios. Pocos granos se pueden encontrar.
Cuando las oposiciones a esto que no es un modelo, sino un plan de gobierno para un país pequeño, organizado, con relaciones de dependencia bien establecidas, cuando las oposiciones se refugian en discursos del siglo XX, cuando no anteriores, el asunto no se aclara, se oscurece. No hay plan B ni alternancia.
Las patentes medicinales. Los dividendos a casas centrales, los costos internos. La evasión. Los costos sociales. El cambio no sólo de paradigmas, sino de formas del empleo, no aparecen como realidades en la oposición sino como nostalgias. El mundo de muchos termina en su ombligo.
La verdadera lucha es entre Capital y como se consiguen, distribuyen y esconden las ganancias y Trabajo y como se denigra, disminuye y esclaviza.
No hay salidas por la revolución, impracticable, por tanto se debe buscar por la adecuación, el diálogo, el reconocimiento. Los CEOS de Cambiemos han leído el Siglo XXI y actúan en consecuencia. Los otros no. Seamos claros. Los Recalde, Moyano, Yaski, Zamora, D’Elia, Felipe Solá, Kicillof, Máximo K, Camaño, Pichetto no pueden leer el siglo XXI. A todos ellos los saca a bailar el pericón nacional Elisa Carrió, acaso el mayor ejemplo del ego como fuerza de choque de los CEOS a quienes sirve de maravillas. La misma Carrió que se calla los inconvenientes de la corrupción sistemática de Argentina y que jamás, jamás, hablará del futuro completo porque las nuevas técnicas de trabajo, persuasión, producción y adoctrinamiento le son ajenas. La Carrió es el último Panzer en la línea Maginot
Estas técnicas de apriete, denuncias, excesos orales no sirven cuando se trata de leyes seguras, como el fallo de octubre de 2015 que obliga a pagar dineros a Santa Fe. No pedirlo es incumplimiento de los deberes de funcionario público (Esto para Lifschitz) y no pagarlo es rebeldía ante un fallo definitivo de la CSJ de la Nación (Esto es para Macri)
Estas técnicas de apriete no deberían servir cuando se sabe, claramente, que Cambiemos quiere lugares en la Justicia Santafesina. Mas claramente: quieren dos jueces de la Suprema Corte Provincial afines a su idea empresarial de los territorios. Lugares que hace rato deberían estar cubiertos. Holaaa (Lichitz…)
Los dineros para la Obra Pública, el porcentual de Ingresos Brutos, los fondos realmente coparticipables son un eje sin mentiras ni arreglos bajo la mesa. Si se quiere tener una mediana independencia. Eso se discute en estos días.
Es una trampa mediática insistir que los gobernadores convencerán a los diputados. Qué gobernadores a qué diputados… de qué medidas. Hay diputados que no saben donde están los baños. Otros que no saben dónde está su despacho. Otros, finalmente, que no tienen el teléfono directo del gobernador y todos, incluidos los colegas, deberíamos insistir que la división de poderes existe.
Estas técnicas de apriete apuntan a liberar multinacionales de pagos en territorio provincial y quitarles pesos, muchos pesos, en leyes laborales que, se ha dicho, son obsoletas pero rigen.
El Obelisco es un signo de los tiempos. Un ombligo. Un dato geográfico. Una referencia que supo resignificarse. Hoy es el faro que ilumina la apertura a un mundo que, se sabe, es ancho y ajeno. Deberíamos auditarlo sin compasión ni complicidad. Deberíamos ser tan impiadosos como aparenta
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