Terminadas las inscripciones, apretujones, claudicaciones y corrimientos obligados las PASO están a la vista. Todo trae enseñanzas, eso es el pasado apenas se lo lee como lo que fue y que no se puede resucitar. Es una enseñanza.
La primera de las cuestiones es entender que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias no le gustan a los partidos verticalistas a ultranza o con ganas de serlo. Revisar avales encontrando irregularidades es lícito. Negar el tiempo para la rectificación es ilícito. Es cierto y claro el verticalismo. Señales que se deben entender. El que no ve las señales desbarranca. Se extravía. Cambiemos no adscribe a la democracia a ultranza.
Debo inscribirme entre quienes quieren que se vote mucho, que todo sea sujeto a votación, votar, votar todo lo posible. Estoy a favor de los “referéndums” para cuestiones importantes. Anhelo que apliquen a todos los órdenes el voto y que las asambleas, básicamente las gremiales, sean con todos los afiliados y voto secreto. Muchos gremios sanearían su situación y la sociedad sería menos tóxica si se consiguen las cosas mediante el uso del voto universal. Quitar las PASO del medio es agrandar el dedazo. Es tan obvio que parece tonto defender la democracia cuando los que mandan no la quieren ni aplican ni defienden. Estoy enrolado en el partido de los tontos de capirote.
Hay, sin embargo, tres situaciones que se produjeron en Rosario y deben puntualizarse. En las tres “el partido” jugó en contra de las elecciones y el voto. Los actores deberían tener una lectura de la actualidad mas cercana al nivel del mar. Al piso. A la realidad. La curva estaba de antes. No fue un invento.
Diego Giuliano, concejal en ejercicio, anhelaba ser diputado nacional. Legítimo derecho. Inscripto hace mucho en el peronismo el concejal rosarigasino decidió, finalmente, subirse al primer barco que pasó cerca, en este caso una alianza “rarita” con diversos componentes locales como la Concejala Daniela León, paladar negro del radicalismo desde sus épocas de la UNR y Alejandro Grandinetti, estimado colega periodista que debutó en 2015 como candidato y tuvo éxito. Giuliano entendió la señal de los tiempos. No hay partido que cobije democráticamente sino que decide y manda sobre sus afiliados. Un peronista fuera del peronismo. Recibió su mensaje. Si quieres algo solo muchacho, pues solo tendrás que conseguirlo. Y listo. En el medio de la pampa húmeda. Llueve y no hay paraguas. Mucho menos casamatas. A Diego Giuliano lo espera la lluvia sin ombú, sin alero, sin refugio.
La concejala María Eugenia Schmuck era parte de una alianza con Sebastián Chale y Pablo Javkin y, como tales, disputaron espacio dentro del FPCyS en 2015. Los dos primeros todavía radicales y Javkin un ex radical y ex “lilito” que no tiene muchas pertenencias y si claras simpatías en la clase media del centro de Rosario, donde obtuvo la mayoría de sus votos. En diciembre de 2015 la señal fue clara. Javkin fue cobijado dentro de la gestión socialista. A Schmuck y Chale ni la hora. A la intemperie en el 2017 porque no fueron convocados para lugares expectables (a Chale le ofertaban el cuarto puesto) entendieron la señal. Se presentan dentro del FPCyS a competir porque la señal partidaria es muy clara. Fue contundente. A rebuscarse solos. El grupo partidario no los expulsó. Intenta aislarlos. Deben superar un piso para integrar la lista. La Schmuck como candidata a Diputada Nacional y Chale como candidato a concejal en el listado del FPCyS. Si tienen éxito habrán despedazado, aún mas, un tambaleante FPCyS donde los que dirigen no están y los que mandaron en su remplazo son de menor densidad social. Muy menor.
El tercer caso es Jorge Boasso, por 20 años concejal. El 11 de diciembre de 2015 la señal fue clarísima. Demasiado visible. Solo el excesivo orgullo podía originar el yerro y creer que no sucedía nada. El desprecio fue evidente. Perdieron el Midachi y Boasso la elección por menos de 500 votos y al Midachi (casi gobernador de Santa Fe) lo mandaron a Panamá. A Panamá. Mejor cómico que observador del itsmo habrá pensado Miguel. Entendió la señal. Se volvió al escenario y las risas (y la taquilla). A Boasso (casi, casi vicegobernador) no le dieron ni la hora. El 11 de diciembre de 2015 Mauricio dio la señal de alerta. A rebuscarse solos. Por si no se entiende. Lo dejaron de concejal. Gracias por los servicios prestados. Saludos a los tuyos.Boasso sobre Macri, Midachi, el radicalismo y Corral podría cantar: “…Me abandonó, como se abandonan los zapatos viejos, destrozó el cristal de mis gafas de lejos, sacó del espejo su vivo retrato…” Habrá que ver cuánto tarda en olvidar el Concejal y ejecutor fiscal Jorge Boasso. Si es como Sabina serán 19 días (y 500 noches). Hoy va como candidato a diputado nacional por un partido menor. Sin pilchas y a los gritos. Cuenta con 90.000 votos posibles. Si tuviese 130.000 sería diputado nacional electo en octubre. Su protagonismo en las PASO es de escenografía. No disputa algo con alguien. Nada. Lo cambiaron por disciplina partidaria. No está en Cambiemos.
Los tres casos mencionados apuntan a no entender las señales. O entenderlas cuando la curva ya está en el parabrisas.
Lo que debe preguntarse Rosario con estos tres casos, muy evidentes, es hasta qué punto ha fabricado personal de maestranza, útil para Alumbrado, Barrido y Limpieza y ni un solo jefe barrial que diga que el sur también existe.
Si los jefes vienen de fuera es que no hay jefes. En todo caso cabe una reflexión muy útil en esta oportunidad. Tiene los representantes que se merece porque el pueblo nunca se equivoca. Bueno, excepto cuando tiene que hacer señales en la ruta.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario