Google+ Raúl Acosta: Mario Bunge, El pensamiento que avasalla

domingo, 23 de octubre de 2016

Mario Bunge, El pensamiento que avasalla


Publicado en diario "La Calle", de Concepción del Uruguay, 23 de octubre de 2016



----Profesor, gracias por venir a visitarnos. Me decía usted que es un producto de la primera pos guerra.

R---Sí, así es. Mis padres se encontraron por casualidad, posiblemente en unos festejos del armisticio. Y, por supuesto, compartían muchas cosas y otras no. Eran de clases sociales muy diferentes.

----¿Por qué? ¿Su mamá que era?

R---Mi mamá era enfermera. Se había formado en la Cruz Roja, la mandaron a China, cuando la epidemia de cólera. Y en uno de esos viajes de vuelta a Alemania oyó que el Káiser había declarado la movilización general, entonces tomó el primer barco para América, no sabía si era Sudamérica o Norteamérica. Y vino a parar a Rosario.

-----¿A Rosario?

R---Sí. En ese momento, 1912, al Hospital Germano Británico, y ahí trabajó. La emplearon enseguida porque tenía calificaciones. La emplearon enseguida pero al cabo de dos años estalló la guerra y el hospital se dividió en dos, el Germano y el Británico.

------Y allí está  el origen del hospital Británico en Rosario. ¿Y cómo es el nombre de su mamá?

R----Müsel. Su padre era jefe de estación. En cambio mi padre se creía miembro de la llamada aristocracia argentina. Como decía Sarmiento: aristocracia con olor a bosta. Pero esa rama de mi papá era la rama de los Bunge que no tenían estancia. A menos que se casaran con una estanciera.

----Y su papá se casó con una enfermera. ¿Eso lo obligó a usted a laburar desde el arranque?

R----Para mí fue mucho mejor, porque tuve una infancia mejor y mucha más libertad.

---- “el libro es un espejo para mirarse el alma. Mario Bunge”. Me quedó esa frase  suya, mi primer contacto con Mario Bunge es de mi escuela primaria en una regla donde decía esa frase. En todo caso es una pelea a favor de los libros.

R----Me alegra. Yo no me dediqué a la enseñanza primaria pero sí a la enseñanza de adultos, fundé la universidad en el 38, que fue cerrada por orden del Coronel Perón. Y siempre me interesó la educación, pero mi interés principal ha sido por la investigación.

-----En aquellos años una escuela obrera… ¿diurna o nocturna? Nocturna, supongo

R---Sí, de 6 a a 10. Había dos turnos, de 6 a 8 y de 8 a 10. Y los alumnos, los estudiantes venían cansados del trabajo, llegaron a ser mil distribuidos en dos casas cerca del barrio Constitución. Y ahí enseñábamos materias técnicas, tales como ingeniería mecánica, ingeniería química, eléctrica; y también materias humanísticas, por ejemplo, derecho laboral, que la enseñaba Arturo Frondizi, Historia del Movimiento Obrero, Juan  Bramuglia, que fue el primer ministro de Relaciones Exteriores del primer gobierno de Perón –y por cierto, yo creo que fue un buen ministro, fue el ministro de la Tercera Posición, se adelantó al movimiento de los países no alineados-.

-----Cuándo me dice de esa escuela y que Frondizi daba clases allí, ¿allí lo conoció a Frondizi?

R----Claro. No solamente que lo conocí, sino que en mis memorias cuento cómo yo lo arrastré, aunque parezca mentira, yo lo arrastré a la política.

-----¿Cómo es eso?

R----En el año 38, cuando la República Española estaba dando las últimas boqueadas, el Sindicato de Gastronómicos decidió hacerle un gran homenaje a la República, con una comida en la que iban a participar más de mil personas. Yo tenía relación con el secretario del sindicato a través de la Universidad Obrera. Y él me dijo: “Che, Bunge, ¿me podés encontrar un orador? No tenemos oradores”. Entonces consulté con mi padre, y me dijo “por qué no le preguntás a mi abogado. Un tal Arturo Frondizi”. Entonces fui a ver a Frondizi, le plantee esto y me dijo “yo nunca he hablado en público”, y entonces le dije “esta es su oportunidad para empezar”. Él era radical pero era, principalmente, un intelectual –además de ser abogado-, uno de los pocos que se ocupó de estudiar la economía argentina, y en particular el problema del petróleo.
--El pensamiento es un continuo, nosotros llegamos, nos vamos y la evolución de lo que se piensa va a seguir. ¿Eso cómo lo vivió en Argentina? ¿Lo han dejado trabajar?

R----En Argentina hay dos clases de intelectuales: los que repiten, los que ponen en sus palabras ideas ajenas; y los investigadores, los que tienen ideas propias. En filosofía nunca hubo filosofía original. El trabajo típico de un filósofo argentino es “qué pensaba Kant sobre lo que había dicho Spinoza”, por ejemplo. Siempre son sobre otros pensadores… A mí lo que me interesaba eran problemas. Por eso mi primer libro importante de filosofía fue sobre la causalidad, que en aquel momento se creía que estaba muerta, que la mecánica cuántica la había asesinado. Entonces tuvo mucha repercusión, fue traducido a 7 lenguas. Incluso al castellano, imagínese ( risas).

--- Usted también debió hacer enojar a las cátedras con un argumento, que es el dogma en la psicología y el Edipo como dogma. ¿Lo han peleado por eso a usted?

R---Mucho. A mí me han boicoteado, ante todo, los profesores de filosofía. La Argentina es el país donde menos se leen mis libros. Yo me di cuenta de que el psicoanálisis es macaneo a la edad de 18 años, después de haber sido entusiasta de Freud, como todo adolescente, porque creía ingenuamente que Freud se ocupaba de sexo, Freud no sabía absolutamente nada sobre sexo, creía que el sexo residía en los órganos genitales y no es cierto, el sexo reside en el cerebro
----Pese a que por ahí se enoja, porque no lo tratan tan bien, su corazón sigue siendo implacablemente argentino. El hombre, y usted tiene edad como para pararse y  mirarnos a todos, tiene un componente pasional muy grande. ¿Hasta qué punto es la razón la que nos maneja y hasta qué punto es la pasión?

R--Nosotros tomamos decisiones y las ejecutamos no con la pasión solamente y tampoco con la sola razón, sino que somos a la vez pasionales y racionales. Y es cierto que son funciones que radican en distintas partes del cerebro, pero interactúan. Hay una interacción muy fuerte entre la corteza cerebral, que es el órgano de la razón, y el órgano límbico que está debajo de la corteza. La pasión es la que azuza, motiva a la razón. Existe la pasión intelectual, pasión por entender, por explicar, por interactuar con otros tratando de entender y de expresar a otros.

----¿Esa ha sido su pasión?

R----Sí, yo tengo esa pasión. Para mí siempre la he tenido, desde la adolescencia, pasión intelectual, pasión por las ideas. Y pelearme por ideas, pelearme no físicamente sino con la pluma.


El quien es quien.
Dice Wikipedia: Mario Augusto Bunge (Buenos AiresArgentina21 de septiembre de 1919) es un físicofilósofoepistemólogo y humanista argentino; Bunge por encima de todo es un filósofo materialista, defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias
Lo que no dice Wikipedia es que su pasión nacional no le quita globalidad y que su modo de ser no le quita pergaminos  ni medallas. Estuvo en Rosario el 25/26 de octubre de 2014, invitado por un amigo personal: Oscar Defante,  que facilitó esta entrevista, que recién ahora se publica.

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