Google+ Raúl Acosta: Angelados y desangelados

domingo, 24 de julio de 2016

Angelados y desangelados


Publicado en diario El Litoral, 24 de julio de 2016

La política regional, como la nacional, tiene ejemplos de actores que poseen eso que definía Federico García Lorca: ”el ángel” y quienes, ay, no lo poseen.
El ángel deslumbra, pero vuela sobre la cabeza del hombre, está por encima, derrama su gracia, y el hombre, sin ningún esfuerzo, realiza su obra o su simpatía o su danza”. En su conferencia sobre “El duende” es donde menciona a “El ángel”.
Los angelados marchan con su aureola a cuestas y, mas allá de méritos o desmerecimientos propios, su nombre y su imagen circulan fuera de yerros y acusaciones, amores y vituperios.
Entre los políticos el primer angelado que conocí fue Don Carlos Sylvestre Begnis, entre los actores y músicos a Horacio Guarany. Donde fuera que estuviese Don Carlos, como donde quiera que esté Horacio su presencia, su nombre  circula sin contravenciones mayores. Alberto Olmedo, a quien también conocí, fue un angelado absoluto. Perón aún conserva su ángel, Alfonsín también; Frondizi nunca lo poseyó.
Carlos Reutemann, Horacio Rosatti, Hermes Binner están angelados. María Eugenia Bielsa lo mismo. Alejandro Grandinetti parecería …(hum). Pablo Javkin sigue participando, a veces parece que lo posee, a veces no.
Alejandro Grandinetti es un diputado nacional que no tiene territorio, discurso, básica, ni seguidores fieles, ni pasado, pero se planta de un modo angélico con la comunidad. Alcanza.
Hermes Binner nunca ha tenido un discurso coherente y fluido, sin embargo comunicacionalmente (neologismo permitido) lo suyo siempre alcanzó. Al senador  Reutemann  le sucede algo similar. Desde que llegaron a la acción política (1960 Binner, 1989 Reutemann) allí se quedaron. Cuánto de ángel y cuánto de mérito es cuestión de biógrafos y exégetas.
La arquitecta Bielsa y el doctor Horacio Rosatti deberían acumular olvidos (estuvieron ausentes del primer plano un tiempo) pero desde que llegaron a la política, se han mantenido presentes. La arquitecta y el abogado acumulan una medalla extra: estuvieron en la década populista, se fueron y no lograron estigmatizarlos los lacayos K. Ellos dirán que los salvaron sus conductas. No impedirán que se mencione al “angel”. Debe agregarse otra diferencia: el discurso político existe, la rigurosidad conceptual también. No le quita ni le pone. El ángel va con ellos.
Por el contrario, donde quiera que integren una fórmula o una lista Agustín Rossi, como antes Luis “Changui” Cáceres, la falta de “ángel” los obligará a un esfuerzo extra. En muchas ocasiones infructuoso. Quien quiera dividir al peronismo tiene una receta sencilla. Agustín Rossi en una lista. Luis Cáceres es el titular de un fracaso que ya es historia: sólo el Changui, con Alfonsín presidente, pudo perder esa elección contra Reviglio / Vanrell.
El ángel acompaña siempre. Sucedió con Aldo Poy, con “bichi” Fuertes, con Fernando Alí (el turco), con Miguel del Sel, a quienes no se les exige mas que presencia. Examen que no superaron políticos como Jorge Obeid o el mencionado Reviglio. Hoy Mario Barletta, Alejandro Ramos, Omar Perotti deben luchar mucho debido al  ángel ausente. En otros casos ni la distancia ni los años (tiempo y espacio) logran envejecer o disipar ese “angelito”.
Un caso internacional de “ángel” es Pepe Mujica. Presidente del Uruguay fuera de tiempo y espacio, con un discurso de abuelo amortizado, llevó su país al desaguadero mientras todos sonreían. Aun sonríen con sus respuestas de viejo vizcacha, mientras tratan de acomodar economía y relaciones que dejó en falsa escuadra.
Un caso particular es “Lula”, que desde la nada y las caídas fue construyendo su ángel. Cuando las coordenadas aparecieron fue su tiempo y su espacio. Allí está. Es un ejemplo: se puede construir un ángel. Difícil, pero posible,
Un caso nacional de desangelado es Lavagna, como antes fue Balbín, y un súper ángel acompaña a Menem Carlos y no a Menem Eduardo, demostrando cómo ese aliento en el hombro nada tiene que ver con la genética, la honradez o cualquier otra virtud espartana. Néstor K fue un desangelado que, por saberlo claramente, actuaba sin piedad con los “angélicos”.
¿Sirve para algo ese plus en las carreras públicas de actores, cantantes, políticos? Muchos le deben su llegada y su permanencia a la facilidad de la sobrevida. Parten de un punto diferente. Es evidente que sin ése bonus track también se llega, también se vive.

Gestionar es otra cosa. El ángel ayuda, pero las cuentas y los decretos van por otro sendero. Los ángeles que trabajan bien tienen su premio: a sus protegidos les fabrican espaldas. Un político sin espaldas no sobrevive, ni con cien angelitos.

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