(Publicado en diario El Litoral, 17 de abril de 2016)
Todos los años sucede lo que pasa…Parece una broma de lenguaje. Sucede. Pibes intoxicados. Y la discusión que intenta dejar fuera a un sector, un funcionario, un padre. Imposible. Cuando alguien se intoxica socialmente es la sociedad la culpable, la que está intoxicada. Pasa. Nos pasa.
En Rosario hay fiestas de pastillas. Todos los años. Varias veces al año. En este mes de abril dos programadas. Que ahora asustan. Se sabe donde se encuentran los chicos y sus proveedores y de qué modo. En los lugares mas caros y conocidos. Las pastillas no son baratas. Cuando las abaratan es porque pierde calidad el veneno.
Lo llaman drogas de diseño, en realidad se trata de lo siguiente, doy mi lección de geografía, de botánica, biología y química elemental.
De Oriente la semilla de la amapola, el opio, y una forma de que entren al organismo sustancias que cambian la química cerebral. En territorio americano, del otro lado, tanto la mezcalina como la marihuana y fumarla para que ese tabaco cambie la química cerebral. Masticar la hoja lleva la historia a formas de vida permitidas. Después del opio la heroína que, inyectada directamente en sangre, cambia la química cerebral y el polvo de cocaína de la hoja de coca que, también, cambia la química cerebral. En la industrialización de la cocaína un subproducto, la basura, que termina siendo el paco. Poca heroína en el sur de la provincia. Del resto hay stock.
Hasta ahí, tanto en uno como en otro caso- con el opio con la marihuana, cocaína, la heroína y el paco- la fabricación, distribución, el transporte es de un modo.
Hechas las cadenas de distribución, fabricar una droga sintética quita posibilidad que se descubra fácilmente el laboratorio y agrega un producto más a la cadena de distribución. La droga de diseño no necesita territorio, ni siquiera importación. Un garaje y precursores. Hablen con Aníbal. Que nadie crea que la cadena de distribución de las drogas químicas es totalmente diferente a la cadena distribuidora de las otras drogas que cambian la química cerebral, en algunos casos tienen lateralidades por el sitio de consumo, pero concurren a lo mismo, concurren a juntar plata en negro para después usarla en blanco en algún lado. El primer lugar donde se usa en blanco, en realidad el primer lugar donde la plata negra se usa es en un lugar negro, es en la coima a la cana, a la justicia y a los políticos. Sin la policía complicada, la justicia entrampada y los políticos asociados esto no es posible. Sucede lo que pasa.
A la cana directamente, a la justicia en el segundo paso y a los políticos en el tercer paso, que termina siendo el primero. Te pagué la campaña, después no me jodas y te tengo de rehén.
En esa historia viciosa están comprometidos policía, justicia, políticos y, de hecho, la sociedad porque la policía, la justicia, y los políticos no son paridos por un repollo, son parte de esta sociedad, como es parte de nuestra sociedad la familia y como es parte de nuestra sociedad el empresario de la noche.
Cuando la familia, el empresario de la noche, la policía, la justicia y los políticos miran para otro lado o abren la puerta equivocada la situación se complica. Estamos complicados. Municipio, provincia y nación. Es decir: todos.
En la ciudad de Rosario la situación esta complicada y cualquiera lo sabe, cualquiera lo sabe, cualquiera lo sabe. Repetir que cualquiera lo sabe parece tonto, porque cualquiera lo sabe.
Hay dos dogmas, si se permite el uso de esta palabra, hay dos dogmas que los periodistas conocemos, los policías lo conocen activamente, la justicia lo conoce judicialmente, los actores políticos conocen asociativamente, los empresarios de la noche ejecutan monetariamente, y los dueños de la cadena distribución de la droga, que pagan todos estos circuitos, cosechan privadamente.
Dos son los dogmas, dos, que de modo inevitable deben atenderse.
El primero de ellos. Cuando en los boliches de la noche hay muchas entradas de regalo, no te regalan nada, te abren una puerta
Cuando en los boliches de noche, el consumo de agua está multiplicado por cien no es que haya mucha sed, es otra cosa.
En Rosario se cumplen los dos dogmas. Inescrupulosamente. Viernes, sábados y múltiples feriados. Si lo sé yo, que soy un vejete criado con zarzaparrilla y cigarrillos Colmena, si lo se yo los demás… ¿no lo saben?
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