Google+ Raúl Acosta: Libertad y Evita

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Libertad y Evita

Por Raúl Bigote Acosta

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 04 de noviembre


Hay fechas especiales en el peronismo. Cuestiones que definen su índole. Tal vez sea necesario entender, atender estos hechos para meterse en el riñón de su formato. Aventurarse más profundamente y proponer una cuestión: el carácter más visceral del peronismo lo da Evita. ¿Si? ¿No?

Hay días especiales en el peronismo. El 24 de noviembre de 1908 y el 7 de mayo de 1919. El peronismo es un inmenso almanaque recordatorio con fechas para elegir. También 22 de octubre de 1944 y un año: 1948. Lo que sigue es un episodio conjetural, como diría Jorge Luis, pero que apunta a la cercanía del misterio esencial: ¿qué es el peronismo?

En el 1948 se estrena "Pelota de trapo", dirigida por Leopoldo Torre Ríos, padre de Torre Nilsson. En esa película acompaña a la dirección Armando Bó. Es el quien me dice que su familia era claramente antiperonista. Que no fue a los Juegos Olímpicos de 1948 pero tenía un lugar en el equipo de boxeo amateur. Que su familia no quería. Que sobre 1955, setiembre, salía "a cazar" peronistas. A pelearlos. Lo decía amargado, arrepentido. Que en otro lugar estaba la valentía y el no fue valiente. Yo era un pibe, me decía.

La charla con este personaje, Armando Bó, fue en Buenos Aires, en aquellos años vertiginosos, los '70. Porque, le requería, porque alguien que entendía el alma popular de ése modo (desde "El trueno entre las hojas" y antes, desde aquella "Pelota de trapo") se confesaba tan antiperonista. Armando Bó me dio, con su respuesta, una pista sobre la pregunta del país: "Qué es el peronismo". Esa pregunta acompaña a todos en Argentina y no encuentra respuesta en quienes, desde la sociología, como desde otras ciencias afines, intentan explicar (explicarnos). Armando Bó arrima un modo que ayuda a las respuestas posibles, tan facetadas, singulares, incompletas. Gestalt a lo bestia. El peronismo es un modo, convertido en un fondo infinito de la infracción política. El peronismo une todos los inconvenientes de la acción política. Con ellos fabrica exaltación.

Aparecieron, en su relato, dos personajes que no se pueden desatar.

Uno y otro son indisolubles del siglo XX, de Argentina, de lo que todavía somos, porque esa es la cuestión, aún somos eso.

Cuando en sus balconcitos, sobre el patio de las palmeras, la actual presidente explica, de un modo personal, la arbitrariedad de un régimen que ella supone luminoso, virtuoso, aquella narración (fantástica e irreal, cabe aclararlo por deudos y herederos) surge plena y diáfana. En rigor CFK repite, en baja escala, con las hilachas y los hilvanes al aire, aquella pieza original.

Nos citaron a Casa de Gobierno a todos los directores de cine. A las 8 de la mañana. Fuimos todos, yo fui con quien era mi maestro, Torre Ríos, pero estaban todos. El que citaba era Raúl Apold, el secretario que manejaba todos los medios y no podíamos decir que no. Directores de fuste, productores, todos allí. Yo alcancé a prenderle un cigarrillo a Mentasti y apareció Apold con Evita. Trajecito sastre y el peinado con el sorongo, ese rodete que le quedaba tan bien y le abría el rostro. Estaba seria, pero ella siempre estaba seria. Se abrió la puerta de la habitación de al lado y estaban Libertad Lamarque y Alfredo Malerba, el músico, su pareja. Habían esperado sentados en unas sillitas contra la pared. Fue una sorpresa verlos allí. La reunión fue corta. Evita dijo "señores, los he citado aquí para que me digan si alguno de ustedes tiene un proyecto, una propuesta, si tienen pensado un filme con la señora Libertad Lamarque…". Créame, nadie dijo nada. Nada. No fuimos valientes. Yo era un pibe. Después de un tiempo, que me pareció larguísimo, Evita habló de nuevo: "Ves Libertad, no soy yo quien te prohíbo, los señores son todos los que hacen el cine nacional y ninguno tiene algún plan con vos". Saludó y se fue. Malerba se fue con su mujer y creo que en el primer avión que consiguieron se fueron a México. Nosotros no me acuerdo si conversamos algo, pero también nos fuimos.

El 24 de noviembre de 1908 nace, en Rosario, Libertad Lamarque, hija del segundo matrimonio de su mamá con el hojalatero anarquista que luego se traslada a Buenos Aires, a vivir en calle Paraná.

El 7 de mayo de 1919 nace María Eva Duarte. Esa vida, tan particular, tiene una fecha que a veces se olvida: el 22 de octubre de 1944 se casa con el coronel Perón.

Cuando sucede el encuentro que aquí… (ejem, inventamos) cuando suceden los hechos que presentamos ya está en marcha el peronismo y ése modo de Evita, enfrentando a todos para que beban su ricino y se encuentren con su propia cobardía y conveniencia (más de 50 películas al año, de promedio, ganaban buena plata en la industria del cine).

En México siguió la carrera de la rosarina Libertad Lamarque. No hay otra con tantos trabajos. Su CV todavía es el más grande de todos.

Deberíamos bucear para saber si hay una ejecución planificada, en Perón, tan directa, tan de bisturí y dinamita, como la de Evita. Si. Deberíamos avanzar sobre este punto. Hipótesis de trabajo: Perón ejecutaba políticas apoyado en lo obvio, las pasiones populares. Evita ejecutaba pasiones personales que se convertían en acciones revolucionarias, con justificaciones primarias, por el relato político, el alambique publicitario, las biografías, los amanuenses.

Aquel peronismo fue una suma pasional. Sigue igual. Las pasiones se componen de dos elementos. Amor y odio.

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