Google+ Raúl Acosta: "El tiempo que viene es diferente"

sábado, 28 de noviembre de 2015

"El tiempo que viene es diferente"

Mónica Gutiérrez en La Mañana Entera




-Yo había dicho que faltaban algunas voces femeninas en el debate, supuestamente organizado entre el compañero Daniel Scioli y el compañero Mauricio Macri. ¿Y qué mujeres periodistas pueden ir? Y creo que fue unánime, el primer nombre que apareció fue el de Mónica Gutiérrez. Para lo que es Rosario y su región, doblemente orgullosos, pero para lo que es el oficio, orgullosos, porque si hay algo que sabés hacer es saber usar tu cerebro. Y eso es importantísimo.

De este tema yo estuve hablando un poco con la gente de Argentina Debate, porque la verdad que yo estuve in vitada, no a moderar el debate sino como invitada, entre los invitados especiales, las dos veces. Pero la última vez, como yo había acompañado una presentación que se había hecho por este tema, estuve hablando con ellos. Y yo les decía que, tal cual están planteados los debates, como la tarea del moderador es simplemente de moderar, me parecía, que más allá de lo que pueda aportar o no una mujer, como tiene un grado testimonial y de representación la moderación, el moderador es como el representante del país puesto ahí, y la verdad es que yo decía: tiene que haber un varón y una mujer. Porque en el padrón hay más mujeres que varones. Y porque las mujeres somos la mitad de la humanidad, y por todo eso. Y entonces me parece que de aquí en adelante debería ser así por el grado testimonial que tiene el moderador. No es una cuestión de quién pregunta mejor o peor.



-Yo lo buscaba por otro lado, por el lado del conocimiento, de instrucción, por el grado de representatividad entre el periodismo. Y en eso no es varón o mujer sino buenos y malos. Y entre los muy bueno está Mónica, y tendría que estar por eso.

Gracias. Yo te diría que son muchos años haciendo esto. Y probablemente, el haber visto tantas cosas, tan de cercas y tan bajo las luces del set, que desde ese lugar haya costeado un poquito más de experiencia.

-Usemos la palabra de transitar, transición. Estamos transitando, aun con este debate y aun con esta conversación, hacia un 2016 con algunas cosas más claras, más tranquilas, menos espuma y menos polvareda. Me parece que ese camino es bueno.

Si, bueno, hay un cambio de época. Hay un cambio de época y lo que ha pasado ha sido todo muy vertiginoso, a pesar de lo larga que ha sido la campaña. Las cosas se han ido dando en el minuto a minuto, en el día a día. Y reacomodarse frente a esta nueva realidad, volver a pensarse en un escenario que va a ser diferente, en un clima que va a ser diferente, nos va a llevar a todos un tiempo. Yo creo que ahora, en la transición, estamos todavía con los resquemores propios de este cambio. Recién estaba leyendo, creo que el portal de La Nación, una nota del estrés pos electoral, que no sólo afecta a los que han sido actores directos de lo electoral, como pueden ser los equipos de campaña, los políticos, los que han ganado, los que han perdido, los periodistas, sino la gente en general, que ha seguido con mucha intensidad del tiempo de la campaña y que ahora algunos se sienten como que fracasaron con su voto, que lo que terminó elegido no es lo que querían, y otros, al revés, están eufóricos. Entonces, el reacomodamiento de todas esas emociones está produciendo sensaciones muy encontradas y muy fuertes.

-Sobre esto, decime cómo ves esta situación. Me parece que con este gobierno, el de Macri, de una generación sub 45 –no son todos, pero marca un punto de nacimiento-, lo que se me ocurre es que en este 2015 comienza a transitarse el siglo XXI. Me parece que hay un acomodamiento del siglo XXI y que este es el primer gobierno que va a ser verdaderamente siglo XXI, porque la compañera Cristina, por más que no haya participado estaba viva y mirando desde la tribuna del 1970.

Sí, claro. Eso que vos decís es cierto. Hay que empezar a pensarlo desde ahí. Me parece también que en la elección, y sobre todo en la de la provincia de Buenos Aires, empieza a materializarse parte del que “se vayan todos”. Cuando en el 2001 se habló del “que se vayan todo”, algunos decíamos que todos no se pueden ir porque alguien tiene que gobernar. Y no está bien que se vayan todos, porque no hay otro instrumento que la política. Pero me parece que lo que la gente pedía era un recambio fuerte generacional, que obviamente no puede darse de un minuto para otro. Entonces se fue dando por capas y probablemente el más fuerte fue el que se produjo el 25 de octubre, sobre todo en la provincia. La gente empieza a irse, los que fueron actores fuertes del siglo pasado, los que incluso cargamos con todas las cosas de los 70. Todas las memorias, que son muy pesadas, que son muy duras. Bueno, toda esa generación empieza un poquito su retirada, algunos de una manera, otros de otra, y empiezan a verse caras muy nuevas en la política y además con esta impronta que te da el cambio tecnológico, que es abrumador. El jefe de Gabinete subió por Twitter el anuncio de que se iba a encontrar con Aníbal Fernández.

-Y todos los tomamos como bueno y fue noticia. Y punto.

A mí me viene ahí un deja vú. Marcos Peña es @MarquitosPeña, y yo me acuerdo que hace unos cuantos años, cuando subió a la cuenta de Twitter, cuando abrí mi cuenta, fui a un acto en el Colón y estaban todos como locos, que qué hashtag había, y me decían “seguilo a @MarquitosPeña. Pero te digo la verdad, se reúne con Aníbal Fernández, que es el que empieza a acomodar un poco los melones, y debo decirte que Aníbal Fernández, con sus más y sus menos, es la persona más tecnológica que tiene este gobierno. No sé si sabían esto.
La verdad es que hay nuevas maneras de comunicar. Hay una nota fantástica, hecha por Julián Gallo ayer, del tema Macri y Facebook, que recomiendo leer. Es un análisis de cómo Macri es ya un medio en sí mismo, un multimedio casi en sí mismo, a partir de su interacción en Facebook.

-Ya que nombraste a Macri. Es el primero que veo que trabaja con un escenario circular. Los discursos de Macri no tienen espalda. Tienen 360° para conversar.

Acá podemos pensar también en las formas y los contenidos, porque me parece que a Cristina se le ha rechazado más la forma que el contenido en algunos aspectos.

-Por ahí me interesa escuchar de eso, porque creo que uno de los ejes del discurso de la compañera Cristina es que su lenguaje, además de su forma, era muy 70.

Ella hizo de la forma el contenido también. Y me parece que a mucha gente votó rechazando a veces más la forma que el contenido. Ahí es donde se escurre la cosa del miedo. Porque pensá que mucha gente que estaba de acuerdo con muchas de las políticas, no con todas, porque finalmente hay una conexión entre ellas que tiene que ver con el manejo de la economía, peor mucha gente que acompañó muchas de las políticas y del ideario del proyecto, no pudo bancarse las formas. Y las formas estas, unidireccionales, desintermediarias, la palabra que yo más escuché en estos años en la cocina o la trastienda de la política, es la desintermediación, que entre ella y el resto del mundo no haya nada más que el atril. Me parece que eso fue muy rechazado.

-Por allí lo que se rechaza es que eso, en vez de ser un camino de ida y vuelta… Vamos al eje, Perón en el balcón a las 11 de la noche del 17 de octubre de 1945, pero de abajo le gritaban donde estuvo y él contestaba. Eso, la desintermediación, también necesita un ida y vuelta. Y lo que la compañera Cristina no hacía era eso. El ida y vuelta no existió.

Ahora, como existe la tecnología, podría haberse usado y no se usó. De todas maneras, no es el único aspecto de la forma rechazado. Por ejemplo, el otro día estaba cenando con mis hijos y amigos de mis hijos que van por los veinte, y les explicaba el tema de las reuniones de gabinete. La mayor parte de los gobiernos hacen reuniones de gabinetes. Es una mesa donde se sientan, cada un x período de tiempo, todos los ministros, hablan y debaten entre ellos. Parece que vuelven las reuniones de gabinete. Toda una novedad. No las hubo, no hubo una sola.

-Sobre esto, otra cuestión. La otra palabra, que en realidad no es de ella, es de los sociólogos, es el empoderamiento. Que s entregar poder a determinadas cosas. Hay dos puntos en ese formato de la compañera Presidente, que no se resolvieron. Un Aconcagua y un Himalaya. El Aconcagua es todo lo que sucedió en Calafate, y el Himalaya todo lo que sucedió con Boudou. Esas dos cuestiones, por más que uno dijese que estaba con su compañera Cristina y su marido en estos doce años, esa Aconcagua y ese Himalaya son difíciles de cubrir, ¿no?

Sí, y además, mi modesta mirada, yo creo que la que perdió las elecciones fue Cristina. La que hizo todo lo que hizo que hacer para perderlas. Por lo pronto, no generar un delfín, alguien de su propio numen ideológico, que fuera capaz de recoger este legado y llevarlo adelante, presentarlo delate del electorado, una persona que fue conocida, valorada, y que tuviera la confianza de la gente, no la tuvo porque, la verdad, creo que ella no le hizo posible ni lo permitió. Probablemente le hubiera ido un poco mejor que con Scioli, a quien vapuleó durante doce años y después quiso llevarlo al poder. Lamentablemente se lo abdujo, porque pareció que se lo llevó un plato volador y lo bajaron k, y no le sirvió tampoco. Ahora volvió, porque en realidad Scioli tiene buenos modos, buenas maneras, podrá gustarte o no el contenido de sus ideas, pero eso lo tiene. Y lo tuvo que dejar de lado un tiempo y así fue.

-No te excuses diciendo que no sos peronistas, porque so habitante de la República Argentina y un cacho de ADN te toca. En la desgracia el peronismo abre los brazos como si fuera una tragedia, entran todos y dan el pésame. Será muy difícil darle el pésame y las condolencias y reformular el peronismo a partir de Cristina, porque ella es muy facciosa.

Algunos dicen que no pertenece al espacio. Ya De La Sota dijo que el kirchnerismo…

-Me refiero a cómo podés rejuntar todo con una persona que no quiere rejuntar todo.

Ah, claro. Bueno, pero el peronismo comienza ahora un trabajo entre ellos. Creo que ha quedado gente en pie. Tenés a Massa, a De La Sota, a Urtubey. Me parece que Urtubey, de los que estuvo adentro del espacio hasta hace muy poco, es el que más autonomía de criterio ha plantado. Y tiene resto de aquí en adelante. Y creo que están dando señales de sensatez, de acompañar con una posición, por lo menos, calma al principio, el primer tiempo, de este nuevo gobierno. Vamos a ver cosas muy diferentes a las que veníamos viendo hasta acá y no sé si estamos tan acostumbrados.

-Supongo que el reposicionamiento de los actores políticos de primer grado, que a ellos te referís, y de nosotros, que somos actores políticos de segundo grado, también va a ser diferente. Como nos comportamos, por ejemplo, con los aumentos. Y a la Cámara de Supermercados acá en Rosario ha dicho, supongo que en Buenos Aires también, dijo que aumentó tal cosa y que va a aumentar tal otra; la de farmacéuticos ya ha dicho que en el año25 y que falta otro aumento más; los de los combustibles, ya está crecido. ¿Cómo nos comportamos? ¿Se lo imputamos a Cristina? ¿Se lo imputamos a la modelo? ¿Se lo imputamos al oportunismo de nuestros amigos argentinos?

Yo creo que todos vamos a tener que poner algo, por lo menos un tiempo. Y ese algo es saber esperar, bajar los niveles de ansiedad, bajar las expectativas. Me parece que eso es inevitable. ¿Viste el slogan “no fue magia”? Bueno, no es magia. No es un mago el que viene.

-Lo que se me ocurre, Mónica, es que ahora va a resultar más fácil para lo que se llama un periodismo progresista o de izquierda, que en el mundo se puede decir y no es pecado. Va a ser más fácil porque ya no va a haber que enojarse por Boudou y esquivarlo o enojarse por Calafate y esquivarlo, sino simplemente decir “de aquel lado está la derecha y de este nosotros, que somos la izquierda”.

Lo que sí creo que va a pasar es que va a haber que desnaturalizar cosas que parecían naturales y eran aberrantes. El otro día tenía algunas diferencias con mis colegas, porque cuando Cristina recibió a Macri en Olivos…

-Una foto por lo menos.

Bueno, a algunos les parecía natural que los periodistas estuvieran en la calle, a algunos les parecía natural que no se hubiera cedido la sala de prensa. Y yo dije: “de última, ella mantiene un estilo Hasta el final, pero la foto en la puerta se la va a sacar”. No estuvo ni la foto de gobierno. Entonces, con mis colegas, que por ahí son más jóvenes, empezaron a trabajar en esta etapa, en estos últimos doce años, les digo: “lo natural es que entren, que hagan foto, lo natural es que la puerta se cierre cuando empiezan a hablar”. No que te dejen con la ñata sobre el portón. La verdad es que va a haber que recuperar muchas cosas. Se nos fueron naturalizando cosas que no son naturales.

-Por aquello del laburo, cuando estaba vivo Franco y sus ministros, a las 18, para los noticieros de las 21, que era un solo noticiero de la televisión en conjunto, salía el jefe de prensa de cada ministro y daba un parte de lo que había resuelto el ministerio y decía “ahora pasan tres minutos y sacan fotos”. Bueno, pero aún en eso, que era régimen, el régimen fascista de Franco, entró a sacra una foto. Después, cuando vino Felipillo, eso era como normal.

Fíjate. A mí me tocó cubrir varias veces viajes presidenciales. Y envía acostumbrada a los tiempos de Alfonsín, que además trabajamos en pool, íbamos todos los canales, cubríamos, recibíamos la agenda, teníamos notas, entrevistas con los ministros en le trayecto del viaje, en los lobby de los hoteles. Y la verdad que en esta última etapa tuve que vivir cada situación tragicómica en un punto. Yo me acuerdo una vez que hicimos como una suerte de piquete al borde del Palacio del Pardo porque no nos dejaban estar en la puerta principal. Estábamos en la puerta de servicio esperando información que no iba a llegar nunca, y menos por ahí. No podíamos ver ni siquiera los autos que entraban y salían a las reuniones. Me acuerdo que hicimos un piquete y nos fuimos todos juntos, incluida la televisión pública. Y así, montones de anécdotas. Que no pudiéramos entrar a la reunión de los científicos en Nueva York, que no pudiéramos entrara a la Casa Argentina, la embajada, cuando se hizo al recepción de la comunidad argentina en Madrid. Te puedo relatar montones de situaciones que fueron como, viste que a veces te vence el cansancio, decís: “ya está”. Y ahora hay que desarmar todo eso, naturalizar, acostumbrarse, reacostumbrarse y, para algunos, descubrirlo. El tiempo que viene es diferente. Vos decís que vamos a estar más relajados, probablemente sí, por los menos uno no va a tener la sensación de estar bajo la amenaza de una reprimenda, pero no sé. Vamos a ver. Todo va a ser muy nuevo. Esperemos que sí.

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