Google+ Raúl Acosta: La grieta fue la plaza

miércoles, 21 de octubre de 2015

La grieta fue la plaza

Por Raúl Bigote Acosta

Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 21 de octubre


El 1º de mayo de 1974 hubo sol. Un lindo día. Decir que hay sol es universalizar el parte climático. Sobre la plaza de Mayo, en Buenos Aires, Capital Federal de Argentina, en el año 1974 salió el sol. Estuve allí.

¿Por dónde andará Marcos De la Fuente, "el chileno", que en rigor nació en Alcorta, provincia de Santa Fe? Marcos era apodado "el chileno" porque Héctor Ricardo García lo repatrió desde Chile, donde trabajaba/ dirigía un diario caliente: "La Tercera de la hora". Un periódico del mediodía, sobre las 14 en las calles de la capital, Santiago de Chile. Para el grupo del diario Crónica, Marcos De la Fuente dirigía la Revista Así. Un día vio un pequeño suelto reclamando por un obrero desaparecido, mini noticia en un diario de Buenos Aires y siguió y siguió el caso con personal de la redacción. El caso Felipe Vallese es insignia en el trabajo periodístico, denunciando el asesinato por fuerzas policiales. Asesinato y ocultamiento. En la misma categoría del mítico Juan Petrone, el de Critica y Crónica, Marcos fue un jefe periodístico de catálogo.

No quería a Perón, su cercanía al Partido Comunista lo hizo viajar a Vietnam en años que no eran fáciles. Se editaban las noticias de la agencia Tass. La United Pres de la Urss. Como muchos jefes era bueno dirigiendo, no era una pluma brillante, era un jefe que sabía sacarle a cada periodista lo mejor. Es él quien autoriza a Walter Operto a seguir el tema de la captura y muerte del Che Guevara y es en Revista Así donde sale la desmentida sobre el asesinato del Che y pone la muerte, la ejecución, en el lugar y fecha real, no en los mentirosos partes del gobierno boliviano de entonces. Bancaron a Walter. Eso fue un "Pulitzer" del subdesarrollo, una injusticia de los que premian a los periodistas que me niego a olvidar. Marcos De la fuente bancaba al periodista antes que a otros intereses. Esa espalda se añora.

"Marcos, quiero hacer Borges"...Andá…

Es a Marcos a quien debo haber estado, como único cronista de la Revista Así, ese 1º de mayo en la plaza, para el último discurso político de Perón desde su sitio original: la plaza de Mayo. La "Así marrón" (salían tres ediciones semanales, la marrón, la verde y la negra) imprimió 700.000 ejemplares de 32 páginas con un solo tema: "1º de mayo con Perón". Me ayudó, con los textos sobre cada foto, Walter Operto. Después hubo una reimpresión de 500.000 ejemplares, que no se vendió completa.

En la imprenta de Fontevecchia se "hacían" muchas publicaciones que no necesitaban amorosos delirios de diagramación. Revistas brutales, como "El Ciclón", "El Fortín" y "Así es Boca", que fue el origen de la Revista Así. Que fue el origen del emporio Crónica, que trajo el periodismo caliente, aquel de 1930, de Botana y Crítica, a los años '60. Es el avión de Crónica el que está en cada accidente y es su enfermiza pasión por la primicia, y la presencia real, la que deja una impronta que continúa. Cada aprendiz de periodista que insiste con la primicia, y estar en vivo y en directo, remite a Héctor Ricardo García.

El "Gallego" era eso. Periodismo crudo, brutal, en vivo y en directo. Marcos De la Fuente tenía autonomía de vuelo. Eran de la misma escudería.

La Revista Así provocaba la mofa del periodismo serio, elegante y falsamente intelectual. Todos imitaron sus modos. Años después sucedería con la televisión. Imitaron su morbo, el mismo al que denunciaban por "amarillo".

Los peronistas "oficiales" me insultaron por indicar que era el último 1º de mayo con Perón. De aquel clima frío y seco en los altos del barrio Puerta de Hierro, en las afueras de Madrid, al húmedo e intempestivo clima porteño la diferencia es más o menos salud. Y debe sumarse el ajetreo. En Madrid dos visitantes por día. Sopita y siesta.

Aquí pilotear la tormenta de un peronismo al que alentó por derecha e izquierda, por dentro y por fuera, con corruptos y ángeles exterminadores. Desde fuera decir que si a todas las ramas, para llegar al puerto (el retorno, el poder) parece lógico. Lo era en la estrategia de Perón. Ya en el poder, dominar y conformar a tantos flecos impide acomodar el poncho con elegancia. Le sucedió. Su salud era débil y se resintió más y más.

Intuyo que Perón nunca compartió ninguna violencia que no le perteneciese. Los cuadros de jóvenes con 20 años en 1973 los pone como nacidos en el 53. La "movilidad social ascendente" más Hernández Arregui, como uno de los autores de cabecera, ojo: uno no quita ni pone nada al peronismo de Perón, que era simplemente ejecución de sus ideas. La idea del jefe. La base de esos muchachos no estaba en consejos de "viejo vizcacha" sino en partir de Perón, usar a Perón, e instalar un gobierno que les perteneciese, con la violencia que los '70 imprimieron a los movimientos juveniles en el mundo.

En el 1970 son todos hijos de una sociedad urbana que creció en clase media y multiplicó por 10 la matrícula universitaria del 1945 al 1960. Hijos del primer peronismo, no hijos de Perón. No querían ejecutar ideas de Perón, querían ejecutar sus ideas.

No se puede (podía) pensar el peronismo sin Perón y a Perón sin la plaza y el balcón. Del desacompasado "donde estuvo, donde estuvo" y su recomendación que se vayan a dormir que todo está bien (plaza del 17 de octubre de 1945) a esta plaza que, desde el ala apoyada sobre La Catedral, gritó acompasadamente: "…duro, duro, duro, aquí están los montoneros que mataron a Aramburu" hay una diferencia que se ve, ahora se ve. Ese 1974 y esa plaza define todo lo que sucedió. Todo. Que les dijese estúpidos imberbes y los echase de la plaza era obvio. El ágora no era para eso. No era para ellos. La divisoria neta apareció en ésa plaza. No era de ellos. Nunca lo fue. Lo supo Perón que se los dijo, lo supieron ellos, que se fueron.

Desde 1974 lo sufre el país, que se banca las revanchas de los expulsados y el desconcierto de los que pocos días después se quedaron sin peronismo. El 1º de julio de ése año murió Perón. No estamos repuestos del luto. Ni de esa plaza. La plaza de la grieta forever.

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