Por Bigote Acosta
La reina no se resigna… "Ya parezco la Vieja Vizcacha", confesó Cristina Kirchner, mientras le daba indicaciones a su candidato presidencial sobre lo que debería hacer si logra imponerse en las elecciones.
Las declaraciones de CFK, que jamás guardó recato, compostura y legalidad sobre vedas, prohibiciones y éticas del funcionario público apuntan a un final que no llega claro, cómodo, apacible y peor: verdadero.
Todo indica, según sus declaraciones, que no abandonará el mando de su tropa. La palabra es la mejor: tropa.
Asistiremos a un hecho que es un fenómeno, como tal poco frecuente en la política. Abandona el PEN y no se va. Una jefa de partido, movimiento o agrupación, como quiera que se llamen en enero, que intentará retener el mando de su agrupación, movimiento, partido o como quiera que se identifiquen en el futuro. No hay archivo de este proyecto. Lo estudiaremos como lo que es: un fenómeno socio político. Nuevo.
CFK avanza hacia otra magia. Una suerte de “monarquía constitucional al revés”. Según los libros en las monarquías la reina es reina pero no gobierna. CFK pretende lo contrario, gobernar es reinar, según su concepto. Según su concepto de la vida pública, política, de la vida diaria a la que pertenece desde hace tanto tiempo que no es posible encontrar a CFK lejos del poder. Desde 1990 a la fecha lo suyo es escritorios, teléfonos, choferes, chequeras. El poder en una dosis de máxima pureza. Ni siquiera piensa en el síndrome de abstinencia. No hay Cristo que le consuele el mono a CFK. Ni Bergoglio, que pedía que la dejen llegar así se va. Já.
La señora parece que ha fijado domicilio para su tropa de elite. El manejo de la Cámara de Diputados, donde estará su genética presente, lleva al Poder Legislativo algunas cuestiones que durante su reinado fueron abandonadas. Discusión, consenso, acuerdos. Parlamentar en el sitio indicado: el parlamento. Básicamente lo suyo será obstaculizar cuestiones que precisen mayorías, obligando al juego de alianzas que, al cabo, resulta la base de esos sitios, los parlamentos. En el Senado los “padres de la Patria” tienen otra lógica. Seis años no son cuatro.
Una mala intención (censura y peaje en el Congreso) redundará en una buena resolución. La ausencia de mayorías automáticas y los “levanta manos” de su monarquía atenuada, de baja intensidad, tal vez cambien de comportamiento poco a poco. Un Congreso funcionando es lo mejor para muchas cosas, básicamente para la transparencia. Los que, por esta provincia, ya tienen asegurado ése lugar para los próximos 4 y 6 años, no olvidarán su tarea durante el tiempo de Cristina. La provincia tampoco pero, pero… los votos indican claramente que esa memoria activa se afirma en un amor: queremos a CFK dicen los votos que se suman en el 25 de octubre.
El fenómeno de la reina Cristina avanza sobre otros territorios de la socio política, a la que tanto ha contribuido en estos años, desde el 1990 a la fecha. El crecimiento de una vice presidencia, a la que todos los presidentes argentinos arrumbaron donde corresponde, en el trasto de los utensilios inútiles, y al que ahora CFK pretende jerarquizar. No hay antecedentes de un vice que, estando el presi en funciones, sirviese para algo. El seudópodo mas importante de esta neo formación es la habilitación de una chequera. ¿Habrá chequera para la vicepresidencia? Y lo mas duro ¿habrá lealtad hacia la reina cuando la firma de los cheques pase por otra lapicera? Fondo/fondo: será chequera o amor. Esa es la cuestión. Voto por la calavera hamletiana.
Ahora vamos a lo perenne. Se sabe que CFK no es una persona versada en cuestiones literarias y/o de cultura general. El viejo Vizcacha es lo peor del material de don José Hernández, co fundador de su patria chica, La Plata. Todos sus consejos son contra natura de las leyes. El viejo Vizcacha aconseja apartarse de la legalidad, el mismo es un ilegal. Lo suyo es el robo y el ventajeo. Tal vez precisemos recordar uno, uno solo de sus dichos/consejos: renguera del perro y lágrimas de mujer.
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