Editorial de La Vereda de Enfrente
"Hay demasiados ganadores. Y esto es cierto."
Dije que hay demasiados ganadores. Y esto es cierto. Vamos.
En el mismo instante que, en ese domingo, domingo 14 de junio, antes de las diez de la noche, Miguel Lifschitz anuncia que ganó por el 0.5 de los votos, después que subiera Eduardo Di Pollina, a dar el resultado de las mesas testigos, y que subiera Mónica Fein a decir “gané por dos puntos la ciudad de Rosario”, sobre esa hora –diez menos cuarto-, quien más fácilmente brindó, o con más alegría brindó, fue Balcarce 50 y Olivos. Porque el discurso de Lifschitz le quitaba alegría al anuncio que, sobre las 22, pensaba dar Macri, con el Midachi y con Reutemann en Santa Fe. Porque, obvio es decirlo, el discurso después se convirtió en desmentida del discurso de Lifschitz. Ya no era el primer discurso de triunfo. Y dejó instalado, en ese instante, que el triunfo de Lifschitz no era tan, tan, tan. Pero el primer gran ganador es el peronismo kirchnerista nacional, porque Macri no arrancó con la ola amarilla. Ahí apareció un ganador. Balcarce 50
El otro gran ganador es Perotti. Perotti, un piamontés desconfiado, no recibió todas las alianzas que debía recibir. María Eugenia Bielsa demoró la historia que tendría que haber arrancado en noviembre y por ella arrancó mucho más acá. El gobierno k, para algunos lo dejó solo, para otros convenía que quedara solo porque tenían que ganar los socialistas, para otros no creyeron nunca que iba a alcanzar el número de votos que alcanzó. Y Perotti es un ganador, porque volvió visible al peronismo. El peronismo estaba invisibilizado. Hoy Perotti tiene más votos que Cavallero y Suckerman en la ciudad de Rosario. Los referentes de Perotti en Rosario son caballero y Sukerman. Él tiene más votos que cualquiera de los otros dos. Se creyó en Perotti más que en algunos de los que lo acompañaban. En el contrafactismo, uno puede pensar: “bueno, si no estaba Ramos, que era De Vido, y era un salvavidas de plomo, no sé; si no estaba Cavallero y Sukerman, no sé qué pasaría”. Pero eso es contrafactismo. Es: “si mi abuela no se hubiera muerto”. Lo cierto es que Perotti es uno de los ganadores: puso en el 30% al peronismo.
Recordemos: históricamente, en la provincia de Santa Fe, el peronismo tenía un piso de 32; después bajaba del 28, si el candidato era malo, y subía hasta el 38, 39 el candidato era muy bueno. Pero quien quería ganarle al peronismo en la provincia de Santa Fe debía sumar, seguro, más de 32. Fijémonos: cualquiera de los que gane va a ganar con menos de eso. Lo cual habla de una dispersión.
Pero, volviendo a Perotti, lo teníamos en el 22, 23. Y nadie creía que era un voto útil a Perotti. Enseñanza: nunca vayas a un debate si no sabés cómo es tu oponente. En Sun Tzu, El Arte de la guerra, que tiene muchísimos miles de años, lo primero que se dice es: “quién elige el enemigo, gana la batalla”. Si vos vas a una batalla y no sabés cómo es tu enemigo, es el otro el que te eligió a vos. Cuando fueron a un debate, lo habían elegido al midachi como enemigo, y el Midachi no sabía quiénes eran sus enemigos. Enseñanza: nunca vayas a un debate si no sabés muy bien de qué se trata y para qué es el debate. ¿A qué fue el Midachi al debate? ¿A decir que era guapo?
Visibilizó, Perotti, su cara. Visibilizó las denuncias Crivaro. Crivaro es el que más claramente denunció muchas cosas. Allí quedó el Midachi estampado i Lifschitz corroboró lo que era.
Perotti es un ganador.
¿Hay otros ganadores? Y sí. En las PASO, la señora Mónica Fein tenía el siguiente panorama: de cada cien rosarinos, 82 no la querían y 18 sí. No se podía llegar a ningún lado de ese modo. Está claro que los votos de Javkin ayudaron al triunfo de la señora Mónica Fein. Otro de los ganadores es Javkin. Se me argüirá que están en el mismo frente Progresista Cívico y Social, que todo confluye al que más se votó, y que ese representa a todos. Lo que sea. Si Javkin se iba a su casa, o se iba a las Islas Galápagos, o se iba a San Antonio de Areco y se quedaba la señora fein sola, otra vez contrafactismo, no se sabe –otra vez mi abuela se murió-, pero no sabemos. Lo que sí sabemos es que Javkin se subió y salió abrazada con Mónica Fein. Entonces, Mónica Fein cambió de salir a bailar el chamamé con Berni a salir a recorrer los barrios con Javkin.
Para quien crea que esto que estoy diciendo es una tontería, le recuerdo que de las seccionales de Rosario, la señora Mónica Fein no ganó ni una sola en las PASO, y se las repartieron entre Javkin y Anita. Bueno, algo pasó allí. Puede también, sumarse a esto, una corporación de amigos de Frente Progresista Cívico y Social para que se revirtiese una situación. Pueden también considerarse ganadores.
Los que de ningún modo pueden considerarse ganadores, son los asesores de Anita Martínez. Los asesores de Anita Martínez chocaron un colectivo ganador que llevaba 15 puntos en las encuestas 20 días antes de las elecciones. Hay que chocar un colectivo con 15 puntos de ventajas. Lo chocaron. Esos están entre los perdedores.
¿Qué otro ganador hay? Alejandro Grandinetti es un ganador. Alejandro Grandinetti, el 5 de febrero, tenía cero de intención de voto porque no existía. Conducía un programa radial. El 5 de febrero. Vamos juntos en el cálculo : 5 de marzo, 5 de abril, 5 de mayo, 5 de junio, 14 de junio. Cuatro meses y medio y tiene el 13% de los rosarinos diciendo: “lo queremos a Grandinetti”. Con una espalda en cero, porque Sergio Massa es un ITS en santa fe, inútil todo servicio, para resolver un problema en Rosario. Y en el armado partidario DAF, deficiente de aptitudes físicas, para los protocolos territoriales. Alejandrito era un pajarito en el alambre. Y no lo voltearon de un gomerazo, el 13% es de él. ¿De dónde salió ese 13%? ¿A quién se lo quitó? ¿Cómo lo sumó? Déjenme afuera de las suspicacias. Yo estoy diciendo lo que se ve en los números. En los números, Alejandro Grandinetti no existía, el 15 de junio es el 13% de la población rosarina. Pongámoslo así, para que lo entiendan: en Rosario apareció un Lousteau. ¿Qué hace Alejandrito con sus votos? ¿De qué modo resuelve el mañana? ¿De qué modo se integra en un proyecto regional y nacional? Es otro costado de esta historia. Lo real es que es uno de los ganadores en Rosario.
También debe considerarse ganadora Mónica Fein. De perder en todas las seccionales a ser la ganadora de las elecciones en Rosario. ¿Cómo no va a decir que ganó? Es otra ganadora.
¿Y cómo no decir que ganó Antonio Bonfatti? Antonio Bonfatti le sacó ventaja a todos; para hacerlo en términos redondos… 30% de la provincia de Santa Fe lo quiere a Lifschitz, lo quiere a Midachi, lo quiere a Perotti. 40% de la provincia de Santa Fe lo quiere a Antonio Bonfatti. Le sacó el 33% de ventaja a cualquiera de los otros candidatos. ¿Qué indica? Que Antonio Bonfatti es un súper ganador. En estas elecciones, el súper ganador es Bonfatti.
En los otros términos, que son los de diputados y concejales, hay otro gran ganador, que es la izquierda estudiantil, bohemia, e insospechada de cualquier cosa. Recordemos que Giros era un grupo contestatario que se paraba en la puerta del Concejo levantando carteles contra los concejales hace seis años. Y hoy tiene puestos, tiene bancas en el Concejo. No poquitas. Y acá, hagamos una distinción política. Cuando se hacen elecciones de términos medio –es decir, no se elige Poder Ejecutivo, ni gobernador, ni municipal, ni nacional- cualquiera vota al que tiene ganas, porque es una elección de medio término, el barco lo sigue conduciendo el mismo capitán. Cuando hay elecciones para Poder Ejecutivo, como las que hubo en la provincia y en la ciudad de Rosario, tienden a acumularse los votos para acompañar a quien quieren que vaya al Ejecutivo. En la ciudad de Rosario no sucedió así Ghirardi no fue el más votado de los socialistas pero ni por asomo, y las izquierda, bohemias, románticas, contestatarias, sacaron buena cantidad de votos. Quiere decir que debe leerse a la ciudad de Rosario, de otro modo. ¿Dónde estaban esos votos? Como la pregunta ¿dónde estaban los votos de Grandinetti?, yo no lo sé. Pero ahí están los votos, y no hay manera de esquivarlos.
Y finalmente, el peronismo tradicional encontró que este hombre, Perotti, con todos estos defectos que le dije -Ramos, Cavallero, Sukerman, Toniolli, cada uno tiene un discurso diferente, eso es defectuoso-, logró rescatar una memoria: la memoria del bombo. El acto en la mandarina. El peronismo peronismo. Esa memoria está.
Hay además, otro ganador. El otro ganador es un sistema electoral, sistema de elección, por categorías, que es único en la República Argentina. No sé si después de esta elección lo van a querer fuera de Santa Fe, y no sé, después de esta elección, si lo van a sostener en la provincia de Santa Fe. ¿Qué es esto? En la papeleta de gobernadores, sólo los gobernadores; en la papeleta de diputados, sólo los diputados. No necesitás votar a los mismo, podés votar a Juan, Perico y Andrés, y que Juan sea de un partido, Perico de otro y Andrés de otro. Esto es la boleta única. Tiene su trampa: la birome asesina. Todos estos despelotes, es porque hay una birome asesina que mata poniendo cruces y desastres y tachones. Pero es imposible robarla. Imposible. Es imposible cambiarla. Se la puede tachar, pero no cambiar. Se puede asesinar candidatos con una birome, no se los puede esconder. Están inclusive las muertes por doble tacha, por eso piden revisar. Pero el sistema de boleta única es el gran ganador. No hay robos de boleta, no hay aparato que entre al cuarto oscuro y saque los votos de los Pirulos y deje los votos de los Antonio. No existe. ¿Es una ganadora la boleta única? Para esa transparencia sí, para el despelote ambiente no. Escucho ofertas.
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