Por Raúl Bigote Acosta
Nota de opinión publicada en diario La Capital el día miércoles 24 de junio
Las elecciones del 19 de abril, como las del 14 de junio, pusieron en superficie una elaboración, una construcción social que debe analizarse.
El carácter aluvional define la región. Ni padres fundadores ni familias originantes. Cultura de inmigrantes. Laburo. Desconfianza. Bajo perfil. Toda una región: "Self-made Man". Recordamos un eslogan: "La capital del peronismo", ja. Puro pasado.
Hubo variantes. La frase que dividió aguas en 1983 aún retumba. "Aunque perdamos en la nación y en la provincia, yo voy a poner a Rosario de pie". La dijo Horacio Usandizaga delante de Aníbal Reinaldo y Ricardo Alfonsín, candidatos a gobernador y a presidente. Muchos radicales no lo perdonan.
Cuando promete a este periodista: "Si gana Menem renuncio", define la década del 90 y esta realidad. La región Rosario se despega de la llanura. Es portuaria y cosmopolita, parecida y diferente. Todos aceptan ese mensaje de "El Vasco".
Héctor Cavallero no fue sólo el primer intendente socialista, sino quien puso a la ciudad en otro plano. Un partido de cuadros tomó la ciudad. Ni radicales ni peronistas. Nunca más. Se insiste. Nunca más.
Con el dirigente estudiantil accedieron a la función pública cuadros universitarios. Esa fragua diferencia. Aun hoy. Ninguna administración se nutre de ese modo sin huellas.
El modelo rosarino aparece. Rosarigasinos. Eso somos.
Hermes Binner planificando en salud es un centro diferencial. Cuando aparecen (ahora) avisos nacionales sobre salud debemos sonreír. Van dos décadas detrás.
La definición del hecho cultural no es la misma que se oferta en el país y hay diferencias en Rosario por su impronta cultural. Nada es semejante. El concepto hace al acto.
El pacto de la salud con los empresarios privados es de tal entrecruzamiento que ya no es posible pensarla de modo diferente. Dos grandes grupos privados. El Estado municipal para el puntapié inicial. El estado provincial, también el nacional con Pami y la UNR. El Heca es un fenómeno.
Después de 25 años los licitantes de obra pública tienen lo mismo: entrecruzadas relaciones público-privadas. Carne, cemento, pintura, vajilla. Todos conocidos.
Todos los funcionarios han tenido y tienen relaciones familiares que se atan a la ciudad. El estudiante que llegó a Rosario ha sido intendente y gobernador. La actual intendenta; lo mismo.
El periodismo de la región Rosario, que ha crecido profesionalmente desde 1983 al 2015, no conoce otra forma del diálogo que la instalada por lazos sentimentales, de sangre y comerciales. Una historia común es parte del modelo Rosario. La consanguinidad informativa es básica, del mismo modo que en Santa Fe de la Vera Cruz, la filiación a la burocracia estatal es parte del entramado.
Puntualicemos.No son las empresas las que bajan la línea editorial. No exclusivamente.
El primer secretario de Cultura de la democracia, escritor de fuste, aún está en funciones culturales. Hay una continuidad callejera.
Una clase dirigente sostiene la idea. Rosario es diferente. Es otro modelo de construcción política. El modelo rosarigasino. Del Negro Fontanarrosa se destaca todo y se hace pie en que no se fue a vivir a Buenos Aires. Es una medallita incandescente.
Muchos trabajan en Baires y sostienen el relato rosarino. La pauta rosarina. La mirada regional.
Un aviso del hijo del doctor Recalde consigna que no recibió una vez una coima. Los licitantes saben que, de la región Centro, el sitio donde jamás les pidieron una coima es en Rosario desde la Empresa 9 de julio y el caso Fibraca y que desde 2007 se extendió: sin coimas en la provincia de Santa Fe. El titular de Aerolíneas Argentinas fanfarronea con algo que aquí es natural.
Terremoto el 19 de abril. Malas decisiones administrativas, acaso los acontecimientos nacionales y su incidencia en los habitantes, tal vez la falta de ofertas novedosas o, simplemente, de ofertas.
Displicencia. Soberbia. Mala elección de prioridades. Y, también, mal trabajo de las autoridades. Todo sumó al terremoto.
El modelo tembló en sus cimientos. Sobre el armado de la región el movimiento telúrico sorprendió. El Frente Progresista Cívico y Social perdía su nave madre. Las encuestas lo advertían. Las primarias lo confirmaron. Rosario ciudad y Santa Fe provincia se iban al diablo.
Del tembladeral de abril al triunfo del 14 de junio el modelo se miró el ombligo. Vecinos y parientes inquirieron la causa. Pero primero se juntaron en una larga caravana de "Te queremos", mejor dicho:
"Queremos seguir así". Cuidado: la resolución del drama está postergada.
Nadie puede atribuir a Anita Martínez un poder destituyente, ni a Sukerman. Tampoco a Grandinetti. Mucho menos a la izquierda bohemia y romántica, esta vez bien organizada. Aceptando a las administraciones estatales como su terreno de conversaciones.
La división de las ofertas sirvió de andamio. El modelo rosarigasino superó el terremoto. A todos se les debe. A los infinitos aliados. A la dispersión opositora.
Hay un punto altísimo a resaltar. La sociedad no dejó a nadie fuera. Ni seudo independencia ni distracciones. Todos al campo de batalla.
Esa diferencia, muy sustantiva, pone a la región en un sitio diferente, claramente mejor.
El modelo rosarigasino no tiene hipocresías. Ni fantasmas ni caretas.
Cuando en el 1983 se definió su independencia se definió el futuro.
Este futuro. Bienvenidos al modelo rosarigasino. El diferente.
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