Google+ Raúl Acosta: Feinmann y Fantino en 140 caracteres

viernes, 21 de noviembre de 2014

Feinmann y Fantino en 140 caracteres

Editorial de La Vereda de Enfrente 




Dije que iba a hablar de Fantino y José Pablo Feinmann.

Ayer por la noche miré, como lo que soy, un consumidor de tele, el programa especial en el que Fantino entrevistó a José Pablo Feinmann.

Un reportaje que inundó el mundo tuiter. Un fenomenal reportaje en 140 caracteres.

La primera cuestión importante a resolver es que Fantino mostraba que había estudiado para entrevistar a José Pablo Feinmann. Lo cual pone las cuestiones en dos planos: el plano de José Pablo Feinmann y el del periodista que había estudiado para preguntarle. Un alumno en un examen popular y nacional. Bien.

 Visto desde otro costado -la entrevista admite muchos- uno de los más importantes pensadores argentinos aceptó un programa en televisión abierta. Esto es muy valioso, porque en televisión abierta nada supera al minuto de atención. Nada. Y José Pablo Feinmann aceptó esta regla de los medios de comunicación masivos, en un horario de prime time, compitiendo contra River-Boca, en un horario en el que, repito, nada supera el minuto de atención.excepto river boca.

Esto lo tenía muy bien entendido Fantino. No sé por el audífono en su oído, al que llaman cucaracha, o por timing, por tiempo propio. Pero más allá de los 30, 40, 50 segundos de una respuesta de Feinmann le cambiaba el tema. Esto evidentemente lo tenía aprehendido Feinmann, porque daba un título y después intentaba desarrollarlo. No podía, pero con el título se entendía la respuesta posible a las preguntas de Fantino. Es muy buen titulera, mío buen resumidos, seria un fenomenal tuitero Feinmann de proponérselo.

 Desde el punto de vista del relato, o de la construcción de pensamiento, el reportaje era muy molesto porque a los 40 segundos de estar desarrollando un pensamiento le cambiaban el tema, y podían pasar de Maradona al cine, y del cine a Sartre, y de Sartre a Hegel, con 40 segundos de diferencia. No es sencillo sostener una conversación en la que cada 40 segundos se pasa de Sartre a la diferencia entre Messi y Maradona.

 Pero allí está otro de los puntos que hace que José Pablo Feinmann sea una figura realmente importante en el pensamiento nacional. José Pablo Feinmann contestaba de Hitchcock, de Messi, de Maradona, de Hegel, de Sartre, del catolicismo, del relato, de Cristina, con la misma parsimonia en 40 segundos. Lo que cabe pensar es si estábamos asistiendo –esta es otra mirada- a un resumen Leru del pensamiento de Feinmann. Porque el pensamiento de Feinmann está desarrollado en muchos libros, algunos de ellos realmente importantes y otros que uno consideraba importantes y que él dice que en este momento ya están vencidos, como el mito del eterno fracaso, que él considera que está vencido ese libro. Así lo dijo claramente.

 Reivindicaron, en realidad reivindicó Feinmann, algo que se corresponde con la existencia y con el existencialismo y con Juan Pablo Sartre, que es aquello que muchas veces hemos parafraseado acá. La paráfrasis es esta: no importa lo que te dieron, importa lo que hacés vos con lo que te dieron. Dicho de modo textual, es la frase que aceptaba Feinmann que había dicho Fantino y que él avalaba. No es tanto lo mal que te pusieron en el mundo, sino que con eso, con lo que te pusieron en el mundo, qué hacés vos, bichito de luz. Y en ese sentido –esta es otra mirada- lo de José Pablo Feinmann termina siendo muy importante. Primero porque avala a Fantino. Y Fantino, el pibe de esta provincia, termina siendo muy importante porque, me pregunto y le pregunto a usted, cuántos de esa generación hubiesen estudiado para hacer un reportaje con Feinmann. Yo les recuerdo que Anselmo Marini, hace no muchos años, le dijo “Pibe, vení a relatar”, y le tomó una prueba para relatar Boca.

Y el tipo que relataba sólo los partidos de Boca, fanático bostero, es el que, con pocos años, está entrevistando a Feinmann en un programa de televisión abierta cuando podría entrevistar a cualquier badulaque, o cualquier estrellita, como hacen otros programas. Pero apostó a entrevistar a Feinmann y eso hay que valorarlo. Muchos de los lenguaraces o de los periodistas filósofos, o de los periodista estrella, o de los periodistas ideologizados, quisieran entrevistar a Feinmann del modo en que lo entrevistó Fantino, abierto, cámaras y me cago en vos. No podrían. No podrían. Creo que la irrespetuosidad del alumno Fantino frente a Feinmann es valiosa para Fantino, y yo no sé si dentro de diez o quince años -porque ahí el que piensa soy yo, no Fantino- Fantino no sacará una medalla y dirá “falta envido, yo lo entrevisté a José Pablo Feinmann, vos en ese entonces hacías pelotudeces, bicho”. Y en eso es valioso lo que hizo Fantino.

 Para mí, y ahora va la parte crítica, la formulación de los reportajes mano a mano no es esa. Los considero, los hado de otro modo. Mi modelo es Cwrlos Rodari, acaso algunos de Guerrero. La formulación mano a mano es: vamos a escarbar dentro tuyo hasta sacarte el último carozo que tenés, y sigo y sigo, por ahí fallo, por ahí no, pero busco sacarte el último carozo, no hago un Vademécum ni un menú. Somos dos personas que aceptaron charlar. Ese es mi modo. Pero debo reconocer la heroicidad de Fantino, porque era visible que cuando salía de las cuatros frases y dos verbos que había manejado se le ponía dura la cuestión, se la hacía más cómoda José Pablo Feinmann.

Y en esto va la otra cuestión: en qué punto de la vida de José Pablo Feinmann estamos. Porque estamos hablando de uno de los personajes que realmente ha sido literato, analista, profesor, inquisidor de la realidad, autor de argumentos de cine fenomenales, de novelas que han marcado un mito, no por su trascendencia en la eternidad sino un mito en cómo se mezclaba la realidad en la ficción en la República Argentina, y es, qué duda cabe, el único tipo a quien Carta Abierta y los filósofos kirchneristas no se animan a decirle nada, y los de la derecha no se animan a decirle nada, porque José Pablo Feinmann es una estructura en sí mismo. Ese tipo, que es una estructura en sí mismo, aceptó un reportaje de ping pong, porque esa es la modalidad, con Fantino en televisión abierta. Y es muy bueno que haya sucedido eso. Esto no lo va a empañar con que mañana alguien diga “cobró”. Bueno fuera que no cobrase, eso no lo empaña, no lo empaña nada.

Lo que me digo es: este tipo de reportajes, ¿es para empatar tanta banalidad y tanta tontería o es una apertura hacia otra cosa que uno puede suponer una televisión mejor? Si esto es para el empate por mucha fruslería, bueno, empataron con alguien que vale la pena. Si esto es para demostrar que en esos horarios, de cierre del prime time, se puede hacer un reportaje a una personalidad como la de Feinmann, bueno, bienvenido sea. Más allá o más acá, he dicho, lo voy a decir una vez más, no existe buena envidia. No hay envidia sana, mentira. La envidia es uno de los siete pecados capitales.

Inscribámonos en los que envidiamos la posibilidad de un reportaje de una hora, a agenda abierta, con un filósofo como José Pablo Feinmann, que dijo una frase que lo recupera lo pone cercano a Mario Bunge. Mario Bunge decía que en Argentina no hay pensadores porque no es ninguna capacidad de pensamiento explicar cómo era la diferencia entre Heidegger y Spinoza, o los dichos de uno con otro. Pero ayer sobre eso Feinmann dijo una frase importante, que la entiendo en la calidad de lo que tiene, más allá del egocentrismo que posee. Él dijo: “He tomado de muchos hasta que he llegado, tomando de varios, a tener mi propio pensamiento como filósofo”. Y eso es el caminito que pedía Mario Bunge. Hasta ahora, en ese caminito, que es el que pedía Mario Bunge, “hacé tu propio pensamiento filosófico y desarrollalo”, dijo Feinmann algo realmente importante y sobre lo que quiero centrar el cierre de este nota. Feinmann digo que había un relato del catolicismo para explicar el bien y el mal que estaba cagándose, y había un relato sobre las libertades y las democracias que estaba cagándose, de hecho, el marxismo, como relato de la historia, había fracasado rotundamente, y que en La Argentina hay un relato que está vivo, ese relato que está vivo es el peronismo. No hay modo de quitarle esa falta envido a Feinmann, aunque se enoje la Sarlo y se enoje la Carrió. La Carrió que trabaja en todo lo que está haciendo para voltear el peronismo. Y la Sarlo, que tal vez venga de algún costado cercano al de Feinmann, dice que uno de nuestros problemas es el peronismo. Claro que es uno de nuestros problemas el peronismo. Pero Feinmann apunta a  algo más fundamental. El último relato que hay en estos pagos es el peronismo, y hasta que no aparezca otro relato, bichito de luz, lo de Feinmann es válido. Nuestro relato, el peronismo, está vivo. Con Feinmann y Fantino en 140 caracteres.

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