Si. Hay que tratar de ganar un poquito de espacio, porque se ha hecho bastante difícil en esta campaña electoral. Para nosotros en la provincia es una campaña muy desigual, y por lo tanto uno tiene que hacer todos los esfuerzos y la inventiva para tratar de instalar los temas que nosotros consideramos relevantes, como es el tema de a corrupción.
-Es un lío provincia de Buenos Aires, porque entre uno y otro peronismo le están dando un abrazo a la provincia y les queda poco sitio la verdad.
Si, de todos modos, la última elección nosotros hemos padecido, si se quiere, la polarización extrema que se ha dado. Nosotros seguimos pensando que podemos colaborar, un discurso de polarización distinto, que es por un lado nosotros, que no hemos formado parte de estos 10 años de gobierno, y del otro lado están todos aquellos que sí han formado parte de este gobierno.
Y eso nos da a nosotros algunas ventajas comparativas, que es por ejemplo que podemos hablar de la corrupción, cuando otros no pueden hacerlo. Y tratamos de instalar esto. Yo agradezco el espacio que me dan para que la gente nos conozca, para poder hablar, para poder interpelar a la sociedad también sobre cuál es el valor que le da a estos temas de los que nosotros hablamos, como es la corrupción.
-Los otros días hablaba con gente amiga suya, uno de ellos era Hermes Binner, sobre el tema de anclar un discurso de la transparencia, de la no corrupción, de la absoluta ausencia de corrupción en un gobierno santafesino, y la citaba a usted, porque a mí su discurso me merece mucho respeto. Pero charlaba el otro día con Alfonsín y le decía algo que le voy a decir a usted: antes de las PASO parecía que 10 más 10 daba 20; y después de las PASO 10 más 10 de casualidad dio 11. ¿Qué pasó? La polarización, como dice usted, un error matemático...
De todo un poco. A nosotros la polarización nos superó totalmente las expectativas que teníamos. Nosotros creíamos en un resultado un poco más alto. Sin embargo, también estamos pensando que la experiencia, las PASO del 2011, que compartimos con Binner, Binner salió 4º en agosto y claramente despegó y obtuvo en el 2º lugar cuando llegamos a octubre; y en el caso mío, la boleta duplicó exactamente los votos obtenidos durante agosto y octubre. Por lo Tanto nosotros creemos que naturalmente se va a ir dando esta situación y que se nos va a permitir a nosotros alcanzar en octubre un mejor resultado. Ahora, siempre uno tiene que reflexionar sobre lo que pasa, no tiene que dormirse sobre los laureles, sino que al contrario, uno tiene que intentar siempre ser mejor. Y ese es el debate que nosotros tenemos.
-Y en su caso yo lo veo posible. Sobre esto tengo otra reflexión: a mí me asustó mucho la foto en diario La Nación del ingeniero Mario Barletta, donde los radicales sostenían que ya estaban para gobernar en el 2015 porque hacían una sumatoria de votos en el país. A mí me asustó esa frase porque me hacía acordar a la frase de Carrió en el 2009 cuando se subió a un corcel blanco y dijo ‘vamos por todo’, y terminó siendo funcional a Cristina.
Claro, hay que tratar de ser prudente en estas cuestiones. Yo creo, de todos modos, que si es cierto que el resultado nacional nos posiciona como un frente con esas características. Hoy el único proyecto nacional que existe es el Frente para la Victoria, y frente a eso me parece que los partidos que conforman este Frente progresista, en nuestro caso considerando a Binner como referente y líder de la fuerza, la verdad que nos posiciona muy bien, porque la suma de los votos nacionales es lo que importa para constituir una alternativa con capacidad de reemplazo. Porque hoy el 70% de la gente quiere un cambio. Y el cambio que quieren no es quién se sienta en la banca de diputados, el cambio que la gente quiere tiene que ver con el proyecto nacional, con recuperar conductas ejemplares, un proyecto de país, con capacidad de diálogo, con construcción de consensos, con mirada estratégica. Y yo creo que la experiencia nuestra de Santa Fe es una experiencia muy buena que sirve para demostrar que, como en otros países de la región –Chile, Brasil o Uruguay-, las alianzas políticas, los acuerdo, los frentes realmente pueden garantizar gobernabilidad cuando hay proyectos, cuando hay liderazgo, cuando hay buena gente.
-Usted dijo el primero de los tres ejes. Cuando hay proyectos, por allí los rejuntes para un triunfo electoral no son buenos para Argentina.
Claro. Pero me parece que lo importante es que los acuerdos no sean sólo electorales. Y para eso se necesita un proyecto de país, un acuerdo programático, ser muy serios en las cosas que uno propone. No se trata de tirar cosas al aire. A mí me preocupan las propuestas demagógicas de las campañas electorales. Y me parece que uno tiene que ser más serio, por eso nosotros reconocemos tanto la figura de Binner, que es fundamentalmente un dirigente muy muy serio. Y eso es lo que se necesita. Salir del estado de crispación que hay hoy está exigiendo liderazgos moderados, democráticos, con capacidad de diálogo y definiendo un proyecto de país, porque lo importante es eso.
-Ayúdeme usted como actora en provincia de Buenos Aires. ¿Qué diferencia sustancial encuentra usted entre Massa y Scioli?
No los hay tantas. Además todos pertenecen a este colectivo del peronismo que estuvieron juntos hasta 24 horas antes de formar las listas. Y eso los hace formar parte de un mismo proyecto, de la misma manera que Insaurralde. Ellos han convalidado estos diez años. Nosotros tenemos diferencias muy fuertes con el llamado modelo del kirchnerismo; es un proyecto que habiendo tenido las mejores situaciones económicas y políticas, no rompió el grave problema de la desigualdad y la pobreza en Argentina, y no el cambió la vida a nadie, salvo a funcionarios que viven en mansiones cada vez más grandes. Y el otro tema es la corrupción estructural que hay, que la verdad que a mí me alarma que alguna gente termine naturalizando esto.
-La interrumpo. Me estoy preguntando si “el roban pero hace”… porque ayer el discurso de la señora presidenta apuntó a eso ¿no?, no hay que fijarse cómo son los empresarios sino si la obra está hecha. A mí me asustó un poco eso.
Sí, por supuesto. Y esto es lo que nos ha llevado a este estado de situación, donde la corrupción forma parte de la práctica cotidiana en este gobierno, donde uno levanta un expediente y abajo hay un negocio. Yo rechazo visceralmente la idea de roban pero hacen, pero le aseguro que en los últimos años ya ni siquiera hacen, porque habiendo tenido las mejores condiciones… El lugar donde yo vivo, que es en el conurbano de la provincia de Buenos Aires, hay distritos, como el que gobierna Massa o gobierna Insaurralde, donde en el primer caso el 83 % de la gente no tiene cloacas, el 75% de la gente no tiene cloacas en el otro, o no tienen agua potable, seguimos con un estado de las rutas que es similar al de hace 50 años atrás; la educación, el deterioro que ha tenido la educación de Argentina, de haber sido un país que estaba al tope en el nivel, en la calidad de su educación, hoy nos han pasado la mayoría de los países de América Latina, y tenemos tazas de abandono escolar muy altas; los índices de desarrollo humano ha retrocedido muchísimo en Argentina. Entonces, ya tampoco hacen, roban y se quedan con la plata, y la plata que se quedan, que va a parar a los paraísos fiscales o las mansiones en que viven los funcionarios, es la plata que se descuenta del hacer en educación, en la vivienda, en la salud, en las rutas. Hasta eso es una mentira.
-Puse en un twitter: “es muy difícil creer en Lanata, pero es imposible desmentirlo”. ¿Qué hacemos si el gobierno sube y arregla el mínimo de ganancias y hay una suba del salario mínimo? Que son las dos cosas que se supone que van a hacer.
Para mí esto no deja de ser el oportunismo electoral al que me refería. La Argentina necesita una reforma estructural, profunda a su sistema de impuestos. No resiste más parches. La modificación del mínimo no imponible de ganancias es una necesidad, pero no resuelve nuestro problema del sistema impositivo, donde hay una carga, una presión tributaria, como nunca antes la hubo. Y después se discute también cómo se reparte la masa de recurso. Son las dos discusiones centrales.
-Hay por parte de voceros del gobierno, una victimización, se viene un golpe de Estado, nos quieren voltear. Cualquiera sabe que después del 27 de octubre arranca la etapa final hasta el 2015. ¿Qué le diría a Cristina?
Obvio que tiene que tranquilizarse. Y lo otro es que tiene que aceptar cómo funcionan las reglas de la democracia. La alternancia fortalece las democracias. Y por lo tanto la presidente, que además no ha sabido en estos años de tener tanto poder construir una figura con capacidad de darle continuidad a su proyecto –porque han tenido que recurrir a Scioli, a quien despreciaron durante todos estos años-, ahora el estado de nervios que tiene que ver con su fin de ciclo. Y su fin de ciclo tiene que ver con que no tiene una persona de confianza que la suceda. Y la reelección ya murió. Entonces tiene que aceptar que la democracia funciona así, que si realmente algún día la vuelven a valorar la volverán a elegir. Pero que ahora viene otro turno, otro proceso y ella tiene que aceptar esta situación.
-Ha visto aunque sea un editado de los discursos de la señora Cristina.
Si. Me preocupa.
-¿Cómo la ve físicamente?
Tal vez usted sea más observador en ese punto. Yo la he visto muy nerviosa, muy sacada. Además, la expresión de ella, verbal, como se para, la semana pasada tuvo gestos muy duros, marcando con el dedito, muy autoritaria. Por eso a mí no me gustó mucho la imagen de los últimos días. La negación permanente, se ha negado la inseguridad, la inflación, y ahora se niega el resultado de la elección. Me parece que esos no son comportamientos democráticos que uno esté esperando de la presidenta.
Margarita Stolbizer: entrevista con bigote Acosta para La Vereda de enfrente" 22/08/2013
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