Google+ Raúl Acosta: Salas Horacio: entrevista con Bigote Acosta en La vereda de enfrente

miércoles, 3 de julio de 2013

Salas Horacio: entrevista con Bigote Acosta en La vereda de enfrente


El 1º de julio se cumplió un año más de la muerte de Perón. 1º de julio de 1974. Sos un mirador absolutamente importante de la realidad nacional. Y un biógrafo y un historiador también con importancia. Tu costado no ha sido específicamente peronismo, pero tu mirada sí. ¿Cuál es lo que ves hoy, 2013, sobre aquella muerte? ¿Y de qué modo incide hoy, si incide, en nuestra realidad?

Yo creo que incide poco hoy, porque el gobierno nacional con Perón tiene nada más que la cosa puramente verbal. Entonces, hay algo sorprendente en el peronismo, que es su cambio a lo largo de los años, pero no como una evolución sino como un salto permanentemente. Es lo mismo el peronismo de López Rega, por ejemplo, con el peronismo de Cristina; ¿tiene ago que ver el peronismo de Menem con el peronismo de la resistencia o del 45? El peronismo es muy cambiante, y esto no es fácil, porque se fueron muchos años. Los 18 años de proscripción era un peronismo que no tiene nada que ver con lo que vino después, son distintas etapas. Yo trato de seguir siendo, o pretender ser, un observador bastante poco subjetivo, trato de ver las cosas lo más objetivamente posible. Y ciertas actitudes de esa objetividad a algunos viejos compañeros, viejos amigos, les resulta incomprensible.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, qué se yo, escritores como Vicente Batista, que aparecieron siendo peronistas recién ahora, cuando el peronismo ya no existe. Por lo menos ese peronismo. Muchos de mis amigos están apartados. Y yo no entiendo nada.
Yo creo que como historiador, te hablo como historiador, es muy difícil cuando vienen extranjeros o cuando viajo a alguna universidad extranjera explicarles, a quines no lo han vivido, qué es el peronismo. Por ejemplo, en España siempre me preguntaban: “¿Pero qué es? ¿Fascismo?”. Y les decía “no, es peronismo, que es otra cosa”.

¿Y desde el costado de tus libros? Por decirlo de un modo más general, ¿desde el costado radical? Que es el otro gran partido de masas.

Pero por supuesto, por supuesto. Bueno, yo te digo, el libro de Homero Manzi es un libro de una historia política del radicalismo; del radicalismo de Irigoyen hasta la llegada de Perón. Es decir, hasta que Manzi tuvo vida. Pero fue un período corto con el peronismo y muy largo con el yrigoyenismo. Porque no era radical Manzi, era yrigoyenista.

Horacio, la vida de los partidos -en el siglo XIX nace el radicalismo, sobre le siglo XX se implanta en la sociedad argentina el peronismo-, en el siglo XXI ¿qué queda de nuestros amores?

Yo creo que muy poco. Muy poco. En esa división en dos hay en el  medio algo que hay que tener en cuenta, aunque sea un partido más chico, no es un movimiento de masas. Pero yo creo que habría que poner también, porque es un viejo partido, al socialismo. Me parece que es esencial una historia que no sea tan tajante y buenos y malos. En las primeras décadas del siglo XX también fue muy importante el anarquismo. Yo creo que la historia la hacen todos y si sacamos a algunos la historia va a quedar mal, porque le falta algo de realidad.

Ayer charlaba con el historiador Hugo Quiroga, y en el punto que confluyen es que el también pensaba como vos, y que de Perón queda muy poco en el 2013.

Yo creo que ya nada.

Ni la liturgia.

No. para nada. Yo creo que no. se lo usa.

¿Y de Evita?

No, tampoco. Lo que se usa ahora es una retórica de nombrarlo, pero nada más de eso.

Hay una frase de una canción, absolutamente popular, canción francesa que un canadiense tradujo, armó a su modo, se la dio a cantar a Sinatra, que es ‘A mi manera’. En la traducción de Joaquín Pietro dice “estoy parado aquí y puedo ver mi vida entera”. Mirando hacia atrás, ¿se nos fumó la vida en peronismo, radicalismo, Perón, Balbín, las luchas? ¿queda algo de eso?

No. no, estoy convencido que no queda nada. Lo que pasa que la historia pasa y pretender ser como antes es como estas mujeres que se operan muchas veces y lo único que queda es una vieja muy operada, y que se nota. Nada más. Yo creo que no, no se puede estirar la cara indefinidamente. Más allá que hay gente que ha dado muchos saltos en su vida política, de un lado, de otro, y han terminado como termina mucha gente: en el olvido. O los está esperando el olvido.

Se que esto te fastidia, pero debo preguntarlo. ¿Es la Biblioteca Nacional un ámbito para lo que está sucediendo en ella, con los debates políticos?

No, yo creo que no. para nada. Yo creo que la política hay que hacerla donde se debe hacer la política. Yo me opuse inclusive a hacer festivales, recitales, porque teníamos que ocuparnos antes de los libros. Y teníamos que ocuparnos de los libros, inclusive tuve algunas discusiones con algunos de mis colaboradores, porque yo decía “no quiero recitales, no quiero teatro”, “-bueno, pero así vamos a juntar más gente”. Y yo no quiero ese tipo de gente, que venga porque hay un recital. No, quiero gente que venga a leer, que esté cómoda. Y no es fácil encontrar gente que tenga el mismo sentido. No, yo creo que no. y no hay que embanderar a la biblioteca. ¿Por qué? Porque es un ámbito de discusión, de cambio, de cambio de pensamiento, y no de imposición política.

¿Cuándo presentás el libro?

El libro de González Tuñón creo que es el 14 del mes que viene.

El 14 de agosto.

Sí. Y en septiembre voy a presentar el de poemas.

El de González Tuñón, por aquello de haber conversado con él, de haber querido ese viejo fenomenal que fue…

Maravilloso.

Y además por esas logísticas del Señor, cumple años el 29 de marzo, que es mi día también. Y lo amo mucho.

Era un viejo maravilloso.

Voy a tratar de estar si hacés una presentación formal.

Sí, va a ser en El Tortoni. Me parece un lugar adecuado. Yo muchas veces me encontré con él ahí. Yo lo veía frecuentemente a Raúl en el diario Clarín. Y nos hicimos amigos. Yo lo quise muchísimo.

¿Cómo no querer a ese viejo?


Era una maravilla.

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