La provincia de Santa Fe es la provincia del “modelo Santa Fe”.
Está lejos de eso que es C.A.B.A. y a muchos años de la masa informe que es Provincia de Buenos Aires o, como dicen los diarios porteños:”LA provincia”, como si el resto del país fuese extranjero. Santa Fe está lejos de ser mucho, es el 10% del país. Y no somos extranjeros.
En términos ajustados provincia de Buenos Aires es el 40% del país y poco mas del 10% tanto C.A.B.A como Córdoba y Santa Fe. Es elemental saber que la suma de los 4 distritos define un país. No es casualidad que allí se encuentre buena parte de la riqueza histórica del país. Quedan las minas. Desde el oro a la rodocrosita, pasando por los enojos de los ambientalistas se sostiene una certeza. Podrán producir negociados y riqueza, pero no juntan votos, no hay gente.
El “Modelo Santa Fe” existe desde 2007. Antes fue “modelo Rosario” desde comienzos de los ’90. Un modelo de gestión cruzada, privada/estatal. Un modelo que no castigaba las coimas y negociados simplemente porque no estaban, los administradores socialistas, formados en el juego de la oferta turbia y la demanda fraudulenta. Los que administran las cosas de todos en Rosario desde los ‘90 y en la provincia desde el 2007 no enturbiaron su vida de ése modo.
El “Modelo Rosario”, luego el “Modelo Santa Fe”, entusiasma desde su base porque oferta el juego de la suma honesta. Fácil sonreir ante lo dicho. Difícil de entender. Concejales peronistas presos y capitalistas radicales comprometidos dan cuenta de una práctica política que desapareció desde la década del ’90 en Rosario. No hay denuncias de negociados que atraviesen la administración socialista y el acompañamiento político de un electorado que sigue siendo radical y peronista, pero que acepta una administración diferente. En esa fortaleza está su déficit. Si desde los viejos sitios de la política se insiste: “roba pero hace” resulta vano sostener: “no roba pero hace” si el no robar es parte del catecismo. A quien se le ocurre recitar el catecismo como slogan político. La ciudad de Santa Fe tuvo un intendente peronista preso y la provincia un vicegobernador prófugo, luego preso. Todos van a misa en el comité y la básica.
Argentina es un país, nuestro, mi país es uno en el que la presidente dice que fue abogada exitosa y todos sonríen, es mentira flagrante y todos sonríen. De qué modo seguir después de eso.
Este, mi país, es un país donde el vicepresidente está seriamente imputado de hacer participar a sus amigotes de turbios negociados, oscuros, feos y todos sonreímos. Sale y canta con un conjunto pop y todos sonreímos.
El elemento basal del “modelo Santa Fe” es la salud. Otra vez lo obvio. El estado debe hacerse cargo de la salud de sus habitantes. En Santa Fe un sistema estatal de salud, con computación, efectores mínimos en el territorio sumamente extendido y centros cada vez mas complejos en los centros urbanos concluyen en un sistema (modelo) que cuida eficazmente a la población. Menos muertos, menos niños muertos, operaciones y trasplantes, laboratorios que abaratan las drogas y las venden a otras provincias y a la Nación. Cómo contar que eso es lo obvio ¿Qué estado no se hace cargo de sus habitantes? La Nación no. No totalmente. No buenamente. El socialismo es torpe en el relato. ¿Comparado a qué? Comparado a las excrecencias fantásticas del viejo relato peronista vuelto y revuelto y recontra vuelto a narrar. Cada vez mas fantástico, terrible: Único.
El relato peronista es el relato argentino. El argentino acepta el relato peronista. Ese extraño silogismo, que todos conocemos pero pocos explicitan, tiñe cualquier cambio, lo degrada, lo retuerce.
El peronismo es no solo una forma de relatar, es también una forma de construir poder, de sostenerlo. Todos tienen ése contagio como su génesis.
Cuando los radicales se encrespan porque su canciller (Dante Caputo) quiere participar de una lista no hacen mas que definir su índole. Que Dante pague el peaje de las internas, que me pida permiso.
Cuando el peronismo de provincia de Buenos Aires elige alternativas extrañas, rejuntes impensados, intendentes que suben, otros que no existen, dependencias sospechosas del poder nacional (que no existiría sin provincia de Buenos Aires) no hace otra cosa que resolver en el terreno el silogismo. Para un argentino no hay nada mejor que otro peronista. El habitante de provincia de Buenos Aires es el argentino definitivo. Ese innominado habitante del fondo de La Matanza es el argentino promedio.
Cuando la Carrió dice quiero tener fuero para seguir denunciando define su futuro y el que desea para todos. Desea un futuro donde ella pueda seguir denunciando. Lindo chiste su egoísmo elemental.
¿Qué diferencia un comportamiento dirigencial de otro? No hay abismos entre radicales y peronistas, ni siquiera entre algunos viejos militantes del socialismo o de la súper derecha. Un lugar bajo el sol, el fin sincero y explícito de las utopías.
A las nuevas generaciones debemos mirar. Los muchachos que militan en agrupaciones estudiantiles, universitarias, fabriles, simplemente políticas. En todos los casos el sueldo mantiene viva la llama de la militancia. Es el sinceramiento mas cruel. Es el primer lugar bajo el sol. Querrán seguir tostándose el resto de sus vidas. La Cámpora es una fenomenal fábrica de burócratas.
Viene una pregunta de final abierto. ¿Es Santa Fe un modelo de futuro? ¿Fue Rosario una fragua para definir otro comportamiento político? Resolver estas preguntas con respuestas claras indicaría que si, que hubo/hay un modelo diferente y que tuvo crías. No hay quien pueda (hoy) jugar sus manos en una respuesta. Se entiende: no están jugando las crías.
El armado de las listas de diputados para el recambio de medio término ( la mitad de los que participaron de este congreso se van) es una demostración que repite al infinito una respuesta. No hay hombre nuevo, ni política diferente en Argentina. En toda Argentina. La política es conservadora.
Los socialistas creyeron que el país miraría con agrado lo que sucede en este territorio. Bueno. Si. Miraron con agrado y se volvieron a sus comarcas. Pero orinaron su feudo con el viejo sistema. No quieren este modelo en su corralito.
El Modelo Santa Fe no aparece comprometido hasta el 2015. Ni siquiera con las traiciones radicales a razón de una por día y las variaciones coyunturales del peronismo, con la misma frecuencia. Sus próximos representantes en el Parlamento nacional repetirán costumbres nacionales. Peronismo alineándose, oposición fragmentándose.
El Modelo Santa Fe en salud, como en educación, como en leyes sociales (se paga el 82% a los jubilados) es ejemplar. En seguridad cruje como todo el país. En economía es debilucho. A los empresarios no puede darles respuestas definitivas porque la seguridad jurídica y los créditos son resortes nacionales. No terminan sus rutas los concesionarios nacionales ni aparecen mas viviendas o mas créditos porque el gobierno nacional no simpatiza con el Modelo Santa Fe.
Los dirigentes nacionales que dicen entender qué sucede en Santa Fe vacilan, dudan, se borran, se entregan, buscan su carguito. Los que hoy no piensan como continuar el modelo virtuoso abandonan el mañana.
Revisemos los cuatro distritos. Los nombres de lo que viene está en primera plana. Mire sus rostros e imagine qué cambiará con ellos en el Congreso.
El establishment (que existe) parecería que cerró filas. Puso sus ojos en el mas importante distrito. Ya verá como acomoda el discurso, las reuniones, el mañana. Qué mal puede encontrarse en su decisión. Ninguno. Es el establishment el mas importante actor político. Ese si que tiene crías. No se sabe si el establishment deshojará la margarita del modelo Santa Fe. No se sabe si lo quiere mucho, poquito o nada. Los periodistas somos escépticos. Soy periodista.
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