Una de las más perfectas frases hechas es aquella que mentía: te escribo al correr de la pluma.... . Sin pensar. Como sale. El Día del Periodista me encuentra trabajando, pero este país no es aquel, esta profesión no es aquella y es cierto lo de Neruda: nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Blanco se llamaba el chofer de Juan Petrone, acaso el mas fenomenal secretario de redacción de Argentina. Despiadado, cruel, cínico el chofer ve por el espejo que Juan se persigna cuando el auto, por el tránsito, queda frente a una iglesia- para que persignas, Juan, si sos ateo?- Juan pegó el respingo habitual por su gordura - nunca sabés cuando te están mirando estos hijos de puta -Joaquín Gianuzzi, fenomenal poeta perdido en los devaneos de los que entienden la poesía como moda. Giannuzzi está en el mismo espacio de Gelmnan, Horacio Sala, Mario Trejo, Raúl González Tuñón. Trabajé con él en Así. Un millón de ejemplares semanales en tres ediciones. Otros años aquellos. -Joaquín es cierta la frase de Arlt-sonreía Joaquín, nunca supe si la dijo en Crítica, y si joaquín fue testigo, pero bien vale la pena repetirla. Aporreando su máquina se lo encontraba y un jovencito, acaso un colado impertinente, habituales en las redacciones, le preguntó si era periodista: no, pibe, soy pianista en un quilombo.
Juan decía: Bueno, nene, vamos, que mañana hay revancha.
Joaquín decía: lee los rusos, el resto no tiene importancia. En su libro mas profundo, violín obligado, tiene citas estupendas. Aconsejo la lectura de sus poemas.
Luis Mas fue entrevistar a Laiño, no lo conocía bien y preguntó: ¿usted es Laiño?. No, fíjese, llevo y traigo tinta a las máquinas... (llevaba un frasco de tinta y se escondió en eso para una metáfora buenísima. Llevaba tinta a las máquinas. Papel y tinta. Que mas...)
Gary Vila Ortiz, el Gary al que tanto le deben muchos noveles periodistas rosarinos, una suerte de Bioy Casares del interior que prestó libros, poesías, música, piano y consejos sostiene: no hay que ser tan buro parea ser periodistas, de algo hay que saber. Y no hay objetividad ni siquiera en el precio de los shortorn. El kilo vivo también es un negocio.
Gary aún me dice: esto es siempre empezar. Este es un againmente bigo.
Con un peso debía pagarme el colectivo hasta la cancha, en aquella década del 1950 al 1960. Tomar las formaciones de los equipos, pedir el teléfono y dictarlo a la radio. Al final avisar el término del partido, tomar otro colectivo (10 de ida, 10 de vuelta) y llegar al programa deportivo para que el que si hablaba al aire me preguntase si había sido bueno o malo. Indefectiblemente decía...en un partido parejo....
El más importante actualizador (permítanme el neologismo) del periodismo fue Néstor Kirchner.
En el resto del mundo el periodista toma partido, lo tiene al empezar, lo mantiene. Después de su pelea económica con Clarín todos tenemos partido, acaso como decía Gabriel Celaya: partido hasta mancharse.
Kirchner se sacó la careta y obligó al juego a la descubierta.
Kirchner y los redondos: todo preso es político.
Desde Rosario se ve clara una circunstancia: el último tonto murió en la batalla de Pavón.
Saludos a Tinelli, Mirtha y Susana. Y a todos los que laburan a la siesta en un programa panóptico y multiorgásmico. Esa es la realidad que nos invade. Y Cristina, claro.
Raúl Acosta- Bigote
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