La más famosa de las acciones conocidas, con esta frase como eje, fue la final de 1950, en el Estadio Maracaná, en Río de Janeiro. La final del mundial de fútbol enfrentó a uruguayos y brasileros. El primer gol lo hizo de Brasil y los 110.000 rugientes en el estadio comenzaron a festejar, eran parte de la fiesta. Brasil, local, ganándole 1 por 0 a los uruguayos. El capitán en la cancha, un súper morocho, Obdulio Varela, fue hasta el fondo de la red, trajo la pelota bajo su brazo, despacio, la puso en el centro de la cancha para reiniciar el juego y les recordó a sus compañeros: “ los de afuera son de palo”. No jugaban, no asustaban, no servían para ganar o perder el partido. El resultado final, favorable a Uruguay y “la celeste” es un estigma infinito para Brasil. Aún piden revancha al pasado que como corresponde: no volverá. Que no se puede resucitar.
En Argentina hay un partido que se está jugando día por día. Tribuna local llena. El equipo de la señora Presidente tiene todos sus jugadores en la cancha y mete y mete goles. El más cercano el tema de la Reforma Judicial. Un chiste fenomenal que use los argumentos de la oposición para presentarla (una justicia más transparente, más democrática, más cercana a la tierra, sin rémoras en los juicios, con el patrimonio judicial en internet y sin secretos ni coronitas, sin sectarismo) y un chiste cruel que la oposición no reaccione a tiempo.
Se producen más de 50 muertos en un choque de trenes rigurosamente descuidados y la culpa es de los otros, hasta se promueve, se intenta participar como damnificado en una jugada macabra, el Estado litigando por la culpa externa de algo que le pertenece.
Se sostienen leyes económicas desde la dictadura, desde el tándem Menem / Cavallo. Se fabrican leyes a medida según la conveniencia. El eje de nuestra sociedad se alteró: República Representativa y Federal. No estamos en esa situación. Federal no es. Republicana menos. Queda un eje: Representativa. El voto ha sido ungido como tarjeta dorada, certificado de libre deuda, pase libre a lo que de lugar. Está bueno que el voto valga, la oposición deberá reconquistar su identidad voto a voto. Está demasiado claro que sin votos no hay representatividad. El voto se ha convertido en el bastón de mando y vara de Merlín. Se omite que las minorías existen, que el consenso da base al discurso por el bien común. No sucede, en Argentina no sucede. El voto da impunidad.
Las resoluciones sobre importación / exportación y la mecánica basal, si vendés por 10 dólares podés comprar en el extranjero por 10 dólares, nos convierte en partícipes de una economía de trueque. Ni mal ni bien. El eje unitario define todo en el Puerto de Buenos Aires. El lugar de Echeverría es un sitio al que aspiran muchos que no se aguantan este relato, pero estamos (perdón) cautivos de una impertérrita Scherezade con poder sobre cualquier príncipe.
En el juego de puerto, aduana y contrabando se resuelve la economía de un país. Cualquier investigación profunda lleva hasta los beneficiados: 10 nombres privilegiados. Empresarios, aventureros, los mas listos y rápidos del lejano oeste. Los intermediarios entre el poder y el silencio manejan demasiado bien la historia, el relato de una historia que ha tomado los dos discursos. El fenómeno nacional mas sorprendente es que Cristina recita como opositora y actúa como la titular de una monarquía de baja intensidad.
Con Néstor Kirchner se consolidó la supremacía del partido frentista, con su esposa el poder se transformó en atributo de una monarquía de baja intensidad que todos votamos.
Este es el momento en que no hay partidos políticos, ni siquiera en el gobierno. Solo hay cáscaras vacías. Para simular la identidad se debe recurrir al sortilegio:”frentes” para que queden dentro quienes son amigos leales o circunstanciales y fuera los enemigos permanentes o momentáneos.
La oposición es una mueca o, como en un parque de diversiones, un juego de péguenlé a las latitas, tres tiros por un peso. Personajes como Elisa Carrió son fundamentales para que la feria continúe abierta. Soy el mejor. Yo represento la libertad. Conmigo están los principios republicanos. Yo no me junto con ladrones. Después de mi el diluvio. República de iguales que son distintos. Coaliciones que colisionan al día siguiente. Peleas por quien es senador o diputado para que la dieta nos salve. Paso a los radicales, sitio para los socialistas, destino para los francotiradores. La morocha Estensoro (bella mujer) el canoso Solanas (buen amigo con pergaminos de bellas historias) el sonriente Gil Lavedra (si no salta el cerco hoy lo hará mañana porque para eso es radical) el súper serio Artaza. El chascarrillero Luis Juez ( que lleva en sus alforjas todos los chistes de Negrazón y Chaveta) Victoria Donda y Prat Gay (linda parejita) No se gana para sustos.
Frente a la monarquía representativa se alzan tres posibilidades en eso, en la representatividad: Daniel Scioli, Mauricio Macri, Hermes Binner. El cristinismo ululante ataca sus pecados provinciales aviesamente, con un plan destituyente. Algo los une, todo los separa.
Contra la Corte Suprema y la República el equipo de @CFKArgentina ha metido un gol, la pelota está en fondo del arco, solita junto a la red y la tribuna aúlla, están los hinchas y los barras bravas, patoteros, pecadores, viciosos, los del prontuario pago y los del choripán pichicateado, los neocapitalistas de la oportunidad aprovechada. Están ganando el partido fácilmente. Van por todo. Falta ”el negro Jefe”. Y jugar el partido, claro está.
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