Rosario no es más la ciudad que se formara a los ponchazos alrededor de la parroquia y el anhelo del curita Alzugaray. Rosario es una región. También una religión.
Cuando los concejales y la intendencia se dedican a cuestiones terrenales, como la playa que le dan o no le dan al Parque España, para que de fundación importante termine en regente de un estacionamiento medido, se ocupan de la coyuntura y esta bien que así sea. Pero hay algo más.
Cuando se entorpecen entre sí peleando para resolver quién de ellos sube el boleto de Bermúdez y la Semtur, el boleto urbano, esta bien que lo hagan, es su tarea. Hay más. Seguro que hay más.
Cuando, asombrosamente, el PRO Peronismo Federal, gracias a la seducción política, vota el presupuesto socialista, está funcionando el parlamento de la ciudad y los acuerdos son propios de esa lógica: hay que parlamentar. No es todo. Se sabe que hay más.
El plus, lo que debería existir, el más y más que Rosario precisa es mirar la región que, como eje, conforma. El centro de la región es Rosario. No hay dudas.
La 33, 34, 11 y 9 no son sólo rutas, son las venas abiertas (perdón Eduardo Galeano) que llevan y traen a los hombres y fijan a la ciudad como el vínculo de tantos y, en muchos casos, el sitio de consolidación. Mirar esas rutas es sacarse una radiografía junto a todos los administradores de la cosa pública que tiene la región.
En las carreras terciarias, en las universidades de los dos tipos, privadas y estatales, las matrículas suman más de 120 mil. Esa población, bastante volátil y volante, si se la considera como parte de la ciudad no es poco, es más del 10 por ciento. Si se la cuenta como parte de la región suma medio millón (con grupos familiares) con el futuro apostado en la ciudad, sus calles, sus pensiones, sus aulas, sus comedores, sus comercios y el mañana. En ellos está el porvenir jerárquico de la región. El mensaje que le damos surge de lo que hacemos. Pensar dos veces antes de decir y actuar.
La diversidad de perfiles políticos suele atormentar los pactos y acuerdos que deberían ser elementales. Agua, electricidad, gas, transportes, educación, seguridad, basura (¿alguien vio la montañita en Ricardone?). No mirar estos servicios como regionales está mal. Buena parte de los guetos infranqueables aparecen porque el desarrollo fue disarmónico y egoísta. Diferentes códigos de edificación, multas, semáforos y señuelos tramposos no son un buen dato. El transporte interurbano obliga a convivir profundamente. La terminal de ómnibus Mariano Moreno no puede ser una boca de tormentas. Feo Welcome.
Las relaciones con Villa Gobernador Gálvez deben ser eternas, superiores a las posibilidades que brinda su intendente, cualquiera sea. Plantear divisiones, olvidos, desprecios con San Lorenzo y/o Casilda, Cañada de Gómez, no hace más que demorar un ordenamiento que se produce día a día.
Las poblaciones a la vera de esta rutas, como en las transversales (Ricardone, Alvarez, Pueblo Muñoz, Carmen del Sauce, Villa Amelia, Soldini) suelen obcecarse en la separación, tan inútil como molesta. Doble yerro.
La señora intendente de Cañada de Gómez no piensa parecido a la señora intendente de Funes. Rosario es una región y una estructura con o sin sus dirigentes, con o sin planificación, con o sin el sinceramiento y la mirada grande. Las peleas atrasan. Ejemplo: el hombre fuerte de Granadero Baigorria, instalando un camión en el centro comercial de Rosario sin un pacto con la intendente de Rosario, no entrega documentos, provoca una invasión política que desmadra en lugar de sumar.
Va de suyo que si se planificase la integración, que la ley de gravedad decidió sola, sería más armónica. En salud hay intentos y el Hospital de Emergencias es un buen ejemplo de salud regional, del mismo modo que el deterioro del Hospital Evita (Si, el de Baigorria) demuestra que no se tiene ganas de integrar, que muchos han sido egoístas. En salud la demora para resolver otros centros, que la densidad demográfica pide que se instalen, obedece al mismo pecado. Egoísmo. Ha costado tanto el arranque de los que están en marcha que conviene rezar para que se terminen.
Educación. Salud. Trabajo. Infraestructura. Sólo Rosario perdió un emprendimiento universal como el Puerto de la Música. Sólo Rosario y sus dirigentes. Fue un pecado político y una señal social. No tiraban del mismo carro.
El único banco estatal regional es el Banco Municipal. Senadores y diputados nacionales, diputados y senadores provinciales, presidentes comunales, intendentes y gobernadores han manejado el tema con la lógica minúscula con argumentaciones tontas, con excusas económicas. La mayoría, requeridos para dar una respuesta sostienen que no les corresponde. Algunos deslizan impedimentos en la capacidad operativa. Un banco del Estado debe tener ajustes según las leyes de los bancos y del capital, pero debe apuntar a la comunidad de la que es parte. Peronistas, radicales y socialistas son pro estatales y el Banco Municipal, del Estado municipal (regional) no crece como debería. Con los tres partidos mencionados se llega al 80 por ciento de la voluntad política del sur santafesino. Más créditos, mejores tasas, más integración, en todo caso otro manejo político. Ya, más sucursales en la región ya. El banco del Estado es regional. No parecen verlo.
El papelón nacional con las rutas, las porquerías de rutas que rodean a Rosario, son el muestrario del desamparo. El visible el deterioro no admite mentiras de funcionarios. La economía corre por las rutas y las rutas la frenan a cascotazos. Si alguien cree que es una cuestión partidaria, coyuntural, entonces el egoísmo ya es endémico. Tal vez lo sea. Una región es una unidad de criterio. Acaso no exista criterio. Si es así el cuerpo dirigencial debe hacerse cargo de las deformaciones. El papelón con los puentes hacia los embarques cerealeros es mayúsculo y ya incidirá en la economía. Todos lamentarán la imprevisibilidad y la falta de ejecutividad. Creer que el tema del colapso en comunicaciones deben resolverlo los intendentes de las cabeceras de un puente es trabajar con anteojeras. Un millón de pases anuales por las rutas es un número importante, como importantes los asaltos a los camioneros y la vida de un inframundo fuera de la ley, que tiene drogas, prostitución, costos de protección salvajes y la suma de ilegalidades que todos conocen y nadie puede erradicar.
Asumir Rosario como una región tiene el costo de la discusión con los pensamientos mínimos y enfrentar el escepticismo de quienes no quieren crecer porque está claro: crecer es comprometerse con los problemas y trabajar para las soluciones.
Atiende la UNR a los problemas regionales. Se inserta en la sociedad que vendrá. Buenas preguntas. Los medios de comunicación repiten Buenos Aires o fabrican un mensaje de y para la región. Buena observación. Los políticos son delegados del poder central o representantes de los que aquí vivimos. Buena contradicción, fea mentira. Rosario será cada día más regional y menos aislado. Por las buenas o las malas. Ayudar o entorpecer son las variables. Parece obvia la respuesta.
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