Hay quienes dicen que son una rebanada de la mortadela. Que lo valioso es el fiambre completo. Otros, con más fineza, sostienen que se trata de fotografías que juntas, puestas una tras la otra, indican “la película”, esto es: la secuencia. De dónde se viene y dónde se va.
Hay quienes sostienen que el rigor de las mismas es fundamental. Que el “mas menos 5” que advierten que pueden tener (un error matemático de eso, de cinco puntos hacia allá o acá) en verdad es un diez de diferencia y que, en decisiones políticas un 10% es mucho.
Hay quienes sostienen que todas las encuestas tienen un valor para los estudiosos de encuestas y otro para el lector común, el consumidor común, el votante común. Que en esos casos no es una encuesta, es sólo una propaganda. Es histórica la publicidad del “Jabón Lux de tocador”, que usaban nueve de cada diez estrellas de cine. La mención de “tocador” y estrellas de cine indica la antigüedad. Ni televisión había. Había tocador.
La frase del “negro” Fontanarrosa, convertida en una tirada de mil póster afiches con costo a cargo del “negro” Ielpi era concluyente: “Si no crees en la publicidad, hijo mío, porqué crees que millones de personas creen en un producto que nunca han visto” La frase en un globito de historieta acompañaba al dibujo de un obispo rechoncho, con su traje violeta y su sonrisa beati/maléfica. El dibujo del obispo con túnica violeta, sobre fondo negro, y el globito con el texto calado en blanco era impactante. Se lo robaron y lo reprodujeron en todo el país. Acaso en otro lado. En la agencia donde trabajábamos (Forma Propaganda, de Alberto Mirtuono) era otro dibujo en la pared. La publicidad mueve más cosas de las que podíamos suponer. Lo sabíamos y listo.
Hay quienes creen que las verdaderas encuestas son las que se acompañan con cifras de ventas. De consumo. El mayo francés dejó en las paredes un graffiti que ya es dogma: “coma caca, tantos millones de moscas no pueden estar equivocados” Con la franqueza de las paredes y el anonimato de la tiza y el carbón (el aerosol, ahora hasta con planchas de diseño para dejar imágenes mejor resueltas) la frase es contundente. Recordemos otra: “sea realista, pida lo imposible”. El mayo francés tenía su costado anarquista, su costado juvenil, su costado soñador, su costadito revolucionario. Sus facetas, como todo poliedro bien construido, eran impecables, todas verdaderas. Todas parciales. Qué encuesta hubiese resuelto el asunto con bien. Cuál hubiese dicho los porcentajes. No es posible saberlo.
Las encuestas dicen que Marcelo Tinelli tiene, noche tras noche, el 30% de los televisores encendidos clavados en su programa. La mecánica de control se resuelve con televisores prefijados que aceptan (los dueños) que se adhiera un “aparatito” que indica qué se ve en cada instante. Serán 800 aparatitos contándonos de una verdad (audiencia) que queremos creer y creemos. Hay diferencias con el obispo del dibujo. O no. En sus programas está la corte de los milagros. Falta que baile Lázaro.
Las encuestas resuelven que hay un “fervor estatista” que aceptó la compra compulsiva, la palabra sería “hostil”, de acciones de YPF. Las mismas encuestas resuelven que hay coima o incentivación, da lo mismo, en partidos de fútbol que apasionan a tantos y resuelven tan pocos. Ni la empresa de energía depende de las encuestas para dar ganancias ni las autoridades del futbol (privadas con ingerencia estatal) resuelven según el clamor popular.
Un error sería/es comparar el resultado de encuestas con el resultado electoral. Algunos lo hacen. Refieren encuestas con diferencias entre aquel porcentaje de votos y este porcentaje de amor/odio de te quiero mucho, poquito o nada. Son valiosas. Son parciales. Contienen un error basal. Todos los votos contra un más o menos cinco para arriba o cinco para abajo de un total de 2.000 con error muestral ya indicado. No es lo mismo el todos votan y deciden que el resultado de dos mil que contestaron que quieren volver a fumar zarzaparrilla. Hilando finito, con la mejor rueca posible, los votos también son dirigidos por encuestas previas. La sintonía fina del tema votos, tendencias y decisiones contiene a Tinelli (que en el 2011 se calló y no hizo caricaturas ni imitaciones) a los planes, a las madres y las novias con tarjeta de pobreza, a las encuestas diciendo lo suyo y a los imponderables que aparecen en el corazón de cada votante. En el mismo corazón del productor agropecuario ganaron CFK y MdelS (Cristina y Miguel del Sel) El voto suma, como el mayo francés, diferentes caras de un solo poliedro: Argentina.
Una encuesta seria, de una empresa encuestadora seria, da a Binner pocos votos negativos (suelen ser los que importan, del odio se vuelve con muchas lastimaduras) y un escaso crecimiento en “intención de voto”, que en realidad es imagen positiva, todavía no se sabe si conseguirá votos.
De hecho que la encuesta da a Scioli muy bien (qué empresa encuestadora abandonaría a Provincia de Buenos Aires, el territorio de un país) y contiene otros nombres, de escaso poder, excepto Macri. Las encuestas suelen ser traicioneras. Opinan muchos que si Miguel del Sel recorriese el país su cara de alegría contrastaría con la de Mauricio Macri, contrastaría positivamente.
Esta, como otras encuestas, no tienen el valor de una votación pero se insiste: terminan influyéndola, como influye si se vota a principio o fin de mes, si se encuesta un día feriado o día lluvioso y lunes (como la canción) en calles anegadas o con el tibio sol de otoño en las espaldas. Votar un 18 Brumario es aconsejable si/no. Los hacedores de encuestas, como los componedores de imágenes lo saben. Fueron 3.000 los votos que decidieron un diputado nacional en el Frente para la Victoria en Santa Fe y el porcentaje entre Bonfatti y Del Sel, si bien no dependió de una lluvia en el departamento 9 de Julio, como en el caso del diputado, dejó al socialismo mudo hasta la definición, ejem, mas allá de las 23 del día domingo, cuando un 3% arrancado papeleta a papeleta consagró al FPCyS. Ni una sola encuesta daba a Del Sel tan cerca.
Hay quienes sostienen que la pelea en la provincia de Santa Fe, para diputados nacionales, se dará entre Binner y Del Sel, con la dupla Obeid Rossi apenas subiendo al podio de los 9 posibles (se renuevan 9). Como argumento muestran aquellas elecciones y unas encuestas más cercanas. Ni Miguel del Sel está con Susana este año (por ahora, después el ráting dirá) ni Obid Rossi firmaron públicamente la paz. Por ahora a Binner, primer término de la lista del año próximo, no ha recibido el fuego graneado de los amigos de Scioli, de Macri y de CFK interesados, todos, en frenarlo mas allá de toda duda razonable.
Todos, por ahora, escapan a una pregunta fatal. Qué nombres encuestarían en Santa Fe. Algunos otros, pero estos con seguridad. Hermes Binner y Alicia Ciciliani. Mario Barleta, Griselda Tessio y Jorge Boasso. Jorge Obeid y Agustín Rossi. Daniel Germano. Alejandra Vucasovich y Laura Weskamp. Sin paraguas todavía Comi y Pablo Javkin.
Hay quienes sostienen que el rigor de las mismas es fundamental. Que el “mas menos 5” que advierten que pueden tener (un error matemático de eso, de cinco puntos hacia allá o acá) en verdad es un diez de diferencia y que, en decisiones políticas un 10% es mucho.
Hay quienes sostienen que todas las encuestas tienen un valor para los estudiosos de encuestas y otro para el lector común, el consumidor común, el votante común. Que en esos casos no es una encuesta, es sólo una propaganda. Es histórica la publicidad del “Jabón Lux de tocador”, que usaban nueve de cada diez estrellas de cine. La mención de “tocador” y estrellas de cine indica la antigüedad. Ni televisión había. Había tocador.
La frase del “negro” Fontanarrosa, convertida en una tirada de mil póster afiches con costo a cargo del “negro” Ielpi era concluyente: “Si no crees en la publicidad, hijo mío, porqué crees que millones de personas creen en un producto que nunca han visto” La frase en un globito de historieta acompañaba al dibujo de un obispo rechoncho, con su traje violeta y su sonrisa beati/maléfica. El dibujo del obispo con túnica violeta, sobre fondo negro, y el globito con el texto calado en blanco era impactante. Se lo robaron y lo reprodujeron en todo el país. Acaso en otro lado. En la agencia donde trabajábamos (Forma Propaganda, de Alberto Mirtuono) era otro dibujo en la pared. La publicidad mueve más cosas de las que podíamos suponer. Lo sabíamos y listo.
Hay quienes creen que las verdaderas encuestas son las que se acompañan con cifras de ventas. De consumo. El mayo francés dejó en las paredes un graffiti que ya es dogma: “coma caca, tantos millones de moscas no pueden estar equivocados” Con la franqueza de las paredes y el anonimato de la tiza y el carbón (el aerosol, ahora hasta con planchas de diseño para dejar imágenes mejor resueltas) la frase es contundente. Recordemos otra: “sea realista, pida lo imposible”. El mayo francés tenía su costado anarquista, su costado juvenil, su costado soñador, su costadito revolucionario. Sus facetas, como todo poliedro bien construido, eran impecables, todas verdaderas. Todas parciales. Qué encuesta hubiese resuelto el asunto con bien. Cuál hubiese dicho los porcentajes. No es posible saberlo.
Las encuestas dicen que Marcelo Tinelli tiene, noche tras noche, el 30% de los televisores encendidos clavados en su programa. La mecánica de control se resuelve con televisores prefijados que aceptan (los dueños) que se adhiera un “aparatito” que indica qué se ve en cada instante. Serán 800 aparatitos contándonos de una verdad (audiencia) que queremos creer y creemos. Hay diferencias con el obispo del dibujo. O no. En sus programas está la corte de los milagros. Falta que baile Lázaro.
Las encuestas resuelven que hay un “fervor estatista” que aceptó la compra compulsiva, la palabra sería “hostil”, de acciones de YPF. Las mismas encuestas resuelven que hay coima o incentivación, da lo mismo, en partidos de fútbol que apasionan a tantos y resuelven tan pocos. Ni la empresa de energía depende de las encuestas para dar ganancias ni las autoridades del futbol (privadas con ingerencia estatal) resuelven según el clamor popular.
Un error sería/es comparar el resultado de encuestas con el resultado electoral. Algunos lo hacen. Refieren encuestas con diferencias entre aquel porcentaje de votos y este porcentaje de amor/odio de te quiero mucho, poquito o nada. Son valiosas. Son parciales. Contienen un error basal. Todos los votos contra un más o menos cinco para arriba o cinco para abajo de un total de 2.000 con error muestral ya indicado. No es lo mismo el todos votan y deciden que el resultado de dos mil que contestaron que quieren volver a fumar zarzaparrilla. Hilando finito, con la mejor rueca posible, los votos también son dirigidos por encuestas previas. La sintonía fina del tema votos, tendencias y decisiones contiene a Tinelli (que en el 2011 se calló y no hizo caricaturas ni imitaciones) a los planes, a las madres y las novias con tarjeta de pobreza, a las encuestas diciendo lo suyo y a los imponderables que aparecen en el corazón de cada votante. En el mismo corazón del productor agropecuario ganaron CFK y MdelS (Cristina y Miguel del Sel) El voto suma, como el mayo francés, diferentes caras de un solo poliedro: Argentina.
Una encuesta seria, de una empresa encuestadora seria, da a Binner pocos votos negativos (suelen ser los que importan, del odio se vuelve con muchas lastimaduras) y un escaso crecimiento en “intención de voto”, que en realidad es imagen positiva, todavía no se sabe si conseguirá votos.
De hecho que la encuesta da a Scioli muy bien (qué empresa encuestadora abandonaría a Provincia de Buenos Aires, el territorio de un país) y contiene otros nombres, de escaso poder, excepto Macri. Las encuestas suelen ser traicioneras. Opinan muchos que si Miguel del Sel recorriese el país su cara de alegría contrastaría con la de Mauricio Macri, contrastaría positivamente.
Esta, como otras encuestas, no tienen el valor de una votación pero se insiste: terminan influyéndola, como influye si se vota a principio o fin de mes, si se encuesta un día feriado o día lluvioso y lunes (como la canción) en calles anegadas o con el tibio sol de otoño en las espaldas. Votar un 18 Brumario es aconsejable si/no. Los hacedores de encuestas, como los componedores de imágenes lo saben. Fueron 3.000 los votos que decidieron un diputado nacional en el Frente para la Victoria en Santa Fe y el porcentaje entre Bonfatti y Del Sel, si bien no dependió de una lluvia en el departamento 9 de Julio, como en el caso del diputado, dejó al socialismo mudo hasta la definición, ejem, mas allá de las 23 del día domingo, cuando un 3% arrancado papeleta a papeleta consagró al FPCyS. Ni una sola encuesta daba a Del Sel tan cerca.
Hay quienes sostienen que la pelea en la provincia de Santa Fe, para diputados nacionales, se dará entre Binner y Del Sel, con la dupla Obeid Rossi apenas subiendo al podio de los 9 posibles (se renuevan 9). Como argumento muestran aquellas elecciones y unas encuestas más cercanas. Ni Miguel del Sel está con Susana este año (por ahora, después el ráting dirá) ni Obid Rossi firmaron públicamente la paz. Por ahora a Binner, primer término de la lista del año próximo, no ha recibido el fuego graneado de los amigos de Scioli, de Macri y de CFK interesados, todos, en frenarlo mas allá de toda duda razonable.
Todos, por ahora, escapan a una pregunta fatal. Qué nombres encuestarían en Santa Fe. Algunos otros, pero estos con seguridad. Hermes Binner y Alicia Ciciliani. Mario Barleta, Griselda Tessio y Jorge Boasso. Jorge Obeid y Agustín Rossi. Daniel Germano. Alejandra Vucasovich y Laura Weskamp. Sin paraguas todavía Comi y Pablo Javkin.
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