Google+ Raúl Acosta: El destino

jueves, 29 de diciembre de 2011

El destino

 
La mariposa aleteando en China trae tempestades en nuestros pagos. Viceversa.
El destino (también llamado fatum, hado o sino) es el poder sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido de forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o libertad.
 
Estaba escrito solemos decir. En las culturas occidentales y orientales la mayoría de las religiones han creído en formas de destino especialmente relacionadas con la predestinación, desde el tao del Confucianismo chino o el karma del Hinduismo a la católica y bienhechora Providencia o Gracia, que deja cierto margen a la libertad, o la férrea predestinación del Calvinismo.
 
Está la suerte echada, como decía el Cónsul General, el más conocido general de la historia. ¿Si? Desde un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo que no puede ser modificado de ninguna manera. Esto, por supuesto, exceptuando el conocimiento judeocristiano que rechaza de plano (desde la Sagrada Escritura) la existencia de una predestinación absoluta (debido al libre albedrío, que entre otras cosas, hace al hombre ser a imagen y semejanza de Dios).
 
Los griegos llamaban al destino «ανανκη » (Ananké) y lo consideraban una fuerza superior no solo a los hombres sino incluso a los mismos dioses. El destino era personificado como la diosa Moira (rebautizada como Fatum en la mitología romana).
 
Grandes y pequeños Arcanos, borras de café en el fondo del pocillo, huesitos de la mano avisando la muerte de Ajab. El destino es una compleja construcción metafísica y como tal está sometida a interpretaciones. El destino sería la sucesión imposible de conocer (e inevitable) de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo y cuya consecuencia del pasado afecta a uno o más hechos futuros, así como a toda la red de posibilidades del futuro porque las acciones presentes derivan de las pasadas y las futuras de las presentes. Bah: la mariposa.
 
Para los que creen sin creer las cosas son del mismo modo que para los que quieren creer y para los que creen. Nada existe por azar al igual que nada se crea de la nada. Todo tiene una causa, y si tiene una causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa surgió. Debido a que la inmensa cantidad de causas es impensablemente inmensa, nos es imposible conocerlas todas y enlazarlas entre sí. No se puede esquivar la curva, sostienen.
 
A estas cuestiones las desafía una conjetura. El programa de una computadora tiene una respuesta según la opción que se elija. Minga de sabiduría, simple programación. Te limpiás las axilas, pues te agujerearé el polo norte. Me tirás antibióticos, me afilio al físicoculturismo, me fajo con nandrolona y soy  la súper bacteria del quirófano central.
 
El tema del destino en las artes y la literatura es muy amplio porque afecta a la más íntima condición humana y los más diversos aspectos de la experiencia. Muchas leyendas y cuentos griegos enseñan la inutilidad de afrontar un destino inexorable que se ha predicho correctamente mediante oráculos, augurios, vaticinios o profecías. El naipe lo cuenta todo, bichito.
 
 
Es nuestro relato, como decía Guillermito, un cuento soñado por un idiota. ¿Si? Hum. En la fábula grecolatina clásica subyace el principio de que es imposible cambiar la naturaleza de una persona, como tampoco es posible la de un animal o la de una fuerza natural, y por lo tanto el destino está prefijado desde el nacimiento: el orden social es tan irreversible como el natural. Este concepto es especialmente relevante en la tragedia griega, en que el personaje principal o héroe se levanta contra los dioses o contra la sociedad incurriendo en un defecto de carácter o pasión (la palabra "pazos" o pasión significaba también enfermedad para los griegos) denominado hybris (en griego antiguo ὕϐρις u orgullo impío contra los dioses o las normas sociales) y es castigado con el fin habitual de toda tragedia: muerte o locura. Que tal. Aguante el “copy paste”
 
Bucear en el gugle trae fábulas y consejas sobre el destino. Como dice Mario Trejo en su poema:”algo hay”. El poeta al inquirir, requerir sobre Dios, concede: “algo hay”
 
Edipo, que se raja o lo rajan para no matar a quien no debe ni acostarse con quien no corresponde, como si la tragedia fuese lo que es,  el mas perfecto cuento policial, hace lo indebido.  Mil gracias. Habemus Freud. Estaba puesto por el destino. Es una historia.
 
Los Redonditos de Ricota cuentan la tragedia de la solitaria vaca cubana. Allí estaba pastando y no va que le viene un trozo de satélite desguazándose y páfate, allí se quedó muerta.
 
Aldous Huxley se muere (el de la mezcalina, el que proponía un mundo feliz) el mismo día que J.F.K. y nadie se entera de su muerte, ni los parientes. Los balazos para uno silenciaron la necrológica de otro.
 
En técnica de comunicación de masas el asunto parece sencillo de explicar. De usar. Fabriquemos mundos paralelos que cubran el desastre del Jefe, que metió Gasolina en el motor a Diesel Oil. No andan los motores. Inventemos un universo de motores disfuncionales.
 
Ocultemos un elefante en el mejor sitio del mundo, en mitad de una manada de elefantes.
 
Una economía que no crecerá como crecía. Por tanto un empleo que no aumentará y una libretita de debe y haber que tendrá otro saldo. Un culpable ya, ya mismo.
 
Una oposición debilucha, partida al medio, que no atina con las respuesta y pide gancho, “necesitamos dos años”, dicen, para recomponer la cintura, la espalda, acaso el cerebro y las ganas. Que pide el “the end” del 2011, por Dios.
 
Un continente que ha sido padre y madre y que hoy tiembla de frío, de hambre, de indefinición, mañana de angustia, violencia y sacrificio. No es sencillo saber que Europa no es la que era ni será la que se pensaba. No se puede volver ni loco a la casita de los viejos.
 
Una discusión larvada que estalla en las manos, como los primeros cartuchos juveniles. Igual. De un lado Moyano, con el escudo de la CGT, de la columna vertebral del Movimiento Justicialista. Del otro la historia de los que decidieron encaramarse al poder de los morochos para otra cosa, otros fines, otro proyecto.
 
Cristina que se conmueve y llora, manteniendo en vilo al país que con ella se acongoja. Cristina dueña del caudal que ostenta desde octubre, efectivizado en el mostrador del 10 de diciembre de 2011. Cristina citando autores, cifras, estadísticas, heredera y palo mayor del proyecto. Ese, el proyecto de ella, que era el proyecto de él. El proyecto.
 
Moyano que dice “cachendié”, por que me apuré. Juan Pablo Feinnman, conocido como ”el bueno”, que debería sincerarse y aceptar que se ha ido de boca. Y acaso lo haga pero se sabe, morder la manzana es perder el paraíso. Famosos colegas que aceptan sus contratos justo, justo, justo con aquellos a quienes habían combatido hasta la fama.
 
Fernández que se marchan al ostracismo de la guía cuando mucho se podía esperar de sus ingenios entuavía, mi amigo (“viva Jauretche aunque yo perezca)
 
Dos citas cercanas. Juan Gerardo Mármora, periodista todo terreno decía, al preguntársele por su estado;”Juan, ¿como andás? ”Vivo en Argentina”, ésa era su respuesta de sempiterno desarrollista. La otra la frase de Manuel Aranda, por años acápite de publicaciones entrañables. “Sonría, ser rosarino es un chiste del destino”. Modestia de “manolo”. Ser argentino es, en este diciembre, un chiste del destino.

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