La mariposa aleteando en China trae tempestades en nuestros pagos.
Viceversa.
El destino (también llamado fatum, hado o sino) es el poder
sobrenatural inevitable e ineludible que, según se cree,
guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido de
forma necesaria y fatal, en forma opuesta a la del libre albedrío o
libertad.
Estaba escrito solemos decir. En las culturas occidentales y
orientales la mayoría de las religiones han creído en formas
de destino especialmente relacionadas con la predestinación, desde
el tao del Confucianismo chino o el karma del Hinduismo a la
católica y bienhechora Providencia o Gracia, que deja cierto margen
a la libertad, o la férrea predestinación del
Calvinismo.
Está la suerte echada, como decía el Cónsul
General, el más conocido general de la historia. ¿Si? Desde
un punto de vista religioso el destino es un plan creado por Dios, por lo
que no puede ser modificado de ninguna manera. Esto, por supuesto,
exceptuando el conocimiento judeocristiano que rechaza de plano (desde la
Sagrada Escritura) la existencia de una predestinación absoluta
(debido al libre albedrío, que entre otras cosas, hace al hombre
ser a imagen y semejanza de Dios).
Los griegos llamaban al destino
«ανανκη » (Ananké) y lo
consideraban una fuerza superior no solo a los hombres sino incluso a los
mismos dioses. El destino era personificado como la diosa Moira
(rebautizada como Fatum en la mitología romana).
Grandes y pequeños Arcanos, borras de café en el fondo
del pocillo, huesitos de la mano avisando la muerte de Ajab. El destino es
una compleja construcción metafísica y como tal está
sometida a interpretaciones. El destino sería la sucesión
imposible de conocer (e inevitable) de acontecimientos que ocurren en
diferente lugar y tiempo y cuya consecuencia del pasado afecta a uno o
más hechos futuros, así como a toda la red de posibilidades
del futuro porque las acciones presentes derivan de las pasadas y las
futuras de las presentes. Bah: la mariposa.
Para los que creen sin creer las cosas son del mismo modo que
para los que quieren creer y para los que creen. Nada existe por azar al
igual que nada se crea de la nada. Todo tiene una causa, y si tiene una
causa estaba predestinado a existir desde el momento en que la causa
surgió. Debido a que la inmensa cantidad de causas es
impensablemente inmensa, nos es imposible conocerlas todas y enlazarlas
entre sí. No se puede esquivar la curva, sostienen.
A estas cuestiones las desafía una conjetura. El programa de
una computadora tiene una respuesta según la opción que se
elija. Minga de sabiduría, simple programación. Te
limpiás las axilas, pues te agujerearé el polo norte. Me
tirás antibióticos, me afilio al físicoculturismo, me
fajo con nandrolona y soy la súper bacteria del
quirófano central.
El tema del destino en las artes y la literatura es muy amplio porque
afecta a la más íntima condición humana y los
más diversos aspectos de la experiencia. Muchas leyendas y cuentos
griegos enseñan la inutilidad de afrontar un destino inexorable que
se ha predicho correctamente mediante oráculos, augurios,
vaticinios o profecías. El naipe lo cuenta todo, bichito.
Es nuestro relato, como decía Guillermito, un cuento
soñado por un idiota. ¿Si? Hum. En la fábula
grecolatina clásica subyace el principio de que es imposible
cambiar la naturaleza de una persona, como tampoco es posible la de un
animal o la de una fuerza natural, y por lo tanto el destino está
prefijado desde el nacimiento: el orden social es tan irreversible como el
natural. Este concepto es especialmente relevante en la tragedia griega,
en que el personaje principal o héroe se levanta contra los dioses
o contra la sociedad incurriendo en un defecto de carácter o
pasión (la palabra "pazos" o pasión significaba
también enfermedad para los griegos) denominado hybris (en griego
antiguo ὕϐρις u orgullo impío contra los
dioses o las normas sociales) y es castigado con el fin habitual de toda
tragedia: muerte o locura. Que tal. Aguante el “copy
paste”
Bucear en el gugle trae fábulas y consejas sobre el destino.
Como dice Mario Trejo en su poema:”algo hay”. El poeta al
inquirir, requerir sobre Dios, concede: “algo hay”
Edipo, que se raja o lo rajan para no matar a quien no debe ni
acostarse con quien no corresponde, como si la tragedia fuese lo que es,
el mas perfecto cuento policial, hace lo indebido. Mil
gracias. Habemus Freud. Estaba puesto por el destino. Es una
historia.
Los Redonditos de Ricota cuentan la tragedia de la solitaria vaca
cubana. Allí estaba pastando y no va que le viene un trozo de
satélite desguazándose y páfate, allí se
quedó muerta.
Aldous Huxley se muere (el de la mezcalina, el que proponía un
mundo feliz) el mismo día que J.F.K. y nadie se entera de su
muerte, ni los parientes. Los balazos para uno silenciaron la
necrológica de otro.
En técnica de comunicación de masas el asunto parece
sencillo de explicar. De usar. Fabriquemos mundos paralelos que cubran el
desastre del Jefe, que metió Gasolina en el motor a Diesel Oil. No
andan los motores. Inventemos un universo de motores disfuncionales.
Ocultemos un elefante en el mejor sitio del mundo, en mitad de una
manada de elefantes.
Una economía que no crecerá como crecía. Por
tanto un empleo que no aumentará y una libretita de debe y haber
que tendrá otro saldo. Un culpable ya, ya mismo.
Una oposición debilucha, partida al medio, que no atina con
las respuesta y pide gancho, “necesitamos dos años”,
dicen, para recomponer la cintura, la espalda, acaso el cerebro y las
ganas. Que pide el “the end” del 2011, por Dios.
Un continente que ha sido padre y madre y que hoy tiembla de
frío, de hambre, de indefinición, mañana de angustia,
violencia y sacrificio. No es sencillo saber que Europa no es la que era
ni será la que se pensaba. No se puede volver ni loco a la casita
de los viejos.
Una discusión larvada que estalla en las manos, como los
primeros cartuchos juveniles. Igual. De un lado Moyano, con el escudo de
la CGT, de la columna vertebral del Movimiento Justicialista. Del otro la
historia de los que decidieron encaramarse al poder de los morochos para
otra cosa, otros fines, otro proyecto.
Cristina que se conmueve y llora, manteniendo en vilo al país
que con ella se acongoja. Cristina dueña del caudal que ostenta
desde octubre, efectivizado en el mostrador del 10 de diciembre de 2011.
Cristina citando autores, cifras, estadísticas, heredera y palo
mayor del proyecto. Ese, el proyecto de ella, que era el proyecto de
él. El proyecto.
Moyano que dice “cachendié”, por que me
apuré. Juan Pablo Feinnman, conocido como ”el bueno”,
que debería sincerarse y aceptar que se ha ido de boca. Y acaso lo
haga pero se sabe, morder la manzana es perder el paraíso. Famosos
colegas que aceptan sus contratos justo, justo, justo con aquellos a
quienes habían combatido hasta la fama.
Fernández que se marchan al ostracismo de la guía
cuando mucho se podía esperar de sus ingenios entuavía, mi
amigo (“viva Jauretche aunque yo perezca)
Dos citas cercanas. Juan Gerardo Mármora, periodista todo
terreno decía, al preguntársele por su estado;”Juan,
¿como andás? ”Vivo en Argentina”, ésa era
su respuesta de sempiterno desarrollista. La otra la frase de Manuel
Aranda, por años acápite de publicaciones
entrañables. “Sonría, ser rosarino es un chiste
del destino”. Modestia de “manolo”. Ser argentino es, en
este diciembre, un chiste del destino.
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