Google+ Raúl Acosta: vamos con el país sin proyecto

viernes, 21 de octubre de 2011

vamos con el país sin proyecto

La fantasía organizada

Celso Furtado es autor de un libro con el título de esta columna de opinión. Cuenta, el más importante de los historiadores económicos y analistas del desarrollo de Brasil, que al estar en Europa sobre 1948 pudo ver la reconstrucción de una idea a partir de los escombros de una ciudad, una sociedad y un proyecto de Sociedad y Estado.

Claramente, el resurgir de Francia, Alemania e Italia después de la II Guerra. Lo cuenta en su libro, editado en 1985. En castellano lo editó Eudeba, 1988.


Europa estaba devastada y había que reconstruirla. Nada es gratis. A qué costo reconstruir Europa. Cuánto dinero, todo el que haga falta. Esto es: crédito irrestricto. Con que interés…olvídese. Se devuelve el capital original alguna vez. Esto es: tasa negativa.

Sostiene Furtado que no alcanzaba con crédito irrestricto y tasa negativa, que era necesaria una voluntad social. Esta voluntad social volvía positivas las medidas para el milagro alemán y los sistemas especulares en el lado italiano y francés de los aliados. Furtado, cuando menciona a Inglaterra usa el punto y aparte en sus textos. En general la menciona bastante poco.

Convendría que nos preguntásemos si algunas de las economías regionales de Argentina se arreglaría de este modo. Más claro: ¿hay voluntad social en Argentina de resolver sus profundos desajustes económicos, que son sociales, que son estructurales? ¿Podría hacerlo con crédito irrestricto y tasa negativa? El escepticismo tiene su respuesta escrita. Nos daríamos maña para despanzurrar cualquier buena intención. Soy un escéptico. El escepticismo se agrava porque no estamos tan destrozados como Europa pos Guerra. ¿O si? ¿Hubo una guerra que nos separó y no lo sabíamos? Celso Furtado da una pista inmejorable. Él quería ver una reconstrucción económica. Estudiarla.

En estos años, del 2003 a la fecha, toda América Latina, al menos la que produce granos y carne, crece al 6% promedio. Con cualquier gobierno. Es mucho más fácil partir de un punto elemental. En Aquella Europa solo ruinas y hambruna. Reconstruirnos sin hambre y desigualdades parecería fácil.

Según el autor los mercados sólo generan decisiones globalmente coherentes en países con un avanzado grado de homogeneidad social. Así, cuanto mayor sea la “heterogeneidad social”, mayor será la necesidad de una política nacional de desarrollo que priorice el bienestar social de toda la población y el crecimiento. El Estado debe intervenir fuertemente. Sostiene, en su crítica a la Economía de Mercado, dos ejes: el desperdicio de materiales y la injusticia que representa la desocupación que, sostiene, existe en esas economías.

Aconseja puntos básicos en las “sociedades heterogéneas”, una sutileza (heterogéneas) para mencionar los desequilibrios sociales. Estos son sus puntos básicos.

1-Solucionar los problemas de subalimentación de la población de bajos ingresos, este es un problema similar al de la seguridad pública,

2- Concentrar las inversiones en el perfeccionamiento del factor humano, de forma de elevar el nivel cultural de la población y ampliar la oferta de cuadros técnicos

3- Conciliar el proceso de globalización con la creación de empleo, privilegiando al mercado interno en la orientación de las inversiones, la capacidad de importar debe ser utilizada prioritariamente para la adquisición de tecnología.-

Estómago, cerebro y tranquilidad social, si se trata de definir esquemáticamente sus prioridades.

Furtado es específico: Las características de un sistema económico se definen a partir de la determinación de los centros desde los cuales emanan esas decisiones, destinadas a armonizar las iniciativas de agentes múltiples que ejercen distintos grados de poder. (Criatividade e dependência na civilização industrial. Furtado, 1978, p. 18),

El economista es didáctico: Cuando el excedente de producción de la organización social se convierte en fuente de ingreso, tenderá a automatizarse el proceso de acumulación…Los aspectos estratégicos de este proceso son dos. A-la posibilidad de aumentar la productividad B- la apropiación de los frutos de este incremento por grupos minoritarios (Furtado, 1961, pp. 120 y 121). Deberíamos escuchar los timbres de alarma.

Nos describe, además, muy claramente: … “en la construcción de modelos siempre comenzamos por algunas hipótesis intuitivas sobre el comportamiento del proceso histórico en su conjunto. Y la más general de estas hipótesis es la que proporciona la dialéctica, en virtud de la cual lo histórico es algo que necesariamente está en curso de desarrollo…”

Aquí deberíamos detenernos. Nacido en 1920, muerto en 2004 Celso Furtado trabajó para y por Brasil. Desde su año inaugural como actor político, 1944, con sus más y sus menos, fue un brasilero trabajando para su país, el Imperio de Brasil, con la luz que sostiene la vigilia, desde el faro de Itamaraty. Aprendió en todos lados, vivió para Brasil. La CEPAL (Comisión Económica para la America Latina) lo alojó como uno de sus originantes.

Se puede entender cada concepto de Furtado. Aplicable en Brasil. Hasta exportable (la CEPAL). No es Domingo Cavallo, claro. Tampoco José Alfredo Martínez de Hoz, pero… ¿con quien identificar el pensamiento nacional de Furtado? Cuál es el pensamiento homologable a la militancia nacional de Furtado, Jaguaribe, el mismísimo Henrique Cardoso

¿Tiene Argentina un pensamiento nacional en economía?

En 1900 era ministro de Hacienda José María Rosa, en la Universidad de Buenos Aires enseñaban Economía Política Félix Martín y Herrera y Finanzas Públicas, José A. Terry. Se promulgaba la ley de convertibilidad del papel moneda, propuesta por Silvio Gesell y Rosa, dos años antes. Juan B. Justo lideraba la oposición.

El director nacional de Estadística, Alejandro E. Bunge, en 1917 midió la riqueza, el ingreso nacional y construyó un índice de precios minoristas, que publicó en su Revista de Economía Argentina, de aparición mensual desde 1918.

Sánchez de Bustamante presentó la curva de ingreso marginal (1918), Broggi estudió la existencia de la función de utilidad. Federico Pinedo y Luis Duhau, ministros de Hacienda y Agricultura, coordinados por Prebisch, produjeron el Plan de Acción Económica Nacional, dado a conocer el 28 de noviembre de 1933.

Entre sus alumnos se encontraban Aldo Ferrer, Norberto González, Samuel Itzcovich y Federico J. Herschel. El pensamiento de la segunda etapa se plasmó en la política económica peronista, de Alfredo Gómez Morales. El mejor: Julio H. G. Olivera.

El libro de Celso Furtado se llamó, originalmente, La Utopía Organizada. Parecía posible. Hoy es hojarasca “el deterioro de los términos de intercambio”. Queda el concepto: países centrales y periféricos. En nuestro territorio ni una cosa ni la otra. Sin Utopías, sin Fantasías y lo peor: sin organización. Nos definiría mejor un título de Lin Yutang: “una hoja en la tormenta”.

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