Las campañas electorales son el fiel reflejo de un dicho del peronismo
que suele alterarse. Que en el siglo XXI ha sido definitivamente alterado.
De aquello que Perón proponía insistentemente como salida ante la
verbalización queda poco. Se proponía este slogan: "mejor que decir es
hacer, mejor que prometer es realizar". Se está usando la inversa.
El que más claramente indicó la verbalización, el hablar al "cuete" como
vicio nacional, es el hijo madrileño de un país hablador al "cuete":
Ortega y Gasset.
Perón abrevó en tantas fuentes que no se sabe si lo suyo fue una
extensión de la propuesta del galaico: dejen de hablar al cuete. Ortega
y Gasset sugirió: "argentinos, a las cosas". Manos a la obra. Vamos ya.
Metele que son pasteles. Algunos, por su parte, insisten que fue tomada
de José Martí ("la mejor manera de decir es hacer") poco importa la
inspiración; fue válido como propuesta.
Todo se transforma. En esta ejecución de políticas económicas tiesas
mejor que hacer es decir. Nada se logra, todo se anuncia.
Argentina está dando vueltas las cosas de Perón. Va con su tiempo. El
tiempo es de mención y olvido de quien les abriera la puerta para ir a
jugar allá, en el 1943/45 y después 46/52, más tarde 52/55, con
interrupción y definitivamente 73/74 con trágico final, por muerte.
Es Cristian Salmón, en Storytelling, quien indica: …" es el relato la
manera de alterar la realidad. En la mañana se propone un relato
político, que se toma como verdad. Al día siguiente aparecerá otro y ya
nadie requerirá el examen del anterior. De tal modo la realidad
finalmente no se altera sino que se crea a partir de un relato, que los
demás toman como verdad y la discuten y crean respuestas sobre la misma,
sin advertir que no les fue dada sino como invención de quienes se
ocupan de fabricar un relato…"
En base a un relato apocalíptico, que la gente tomó como probable, Elisa
Carrió llegó a su clímax en el 2007. De cada cuatro argentinos uno creía
en la caída de los dioses, la decadencia de Occidente y el volcán
Krakatoa. Ése fue su relato diario, personal, que algunos tomaron como
una consigna bíblica. Ni nuevo ni viejo testamento. Solo papeles
amarillentos. Pablo Javkin, en la provincia, quiere ser diputado
nacional por "lilita", pero pide por él, abandona consignas partidarias
y agrupaciones. Ni partido ni promesas ni organización que venza al
tiempo. Así los dejó la Carrió a tipos partidariamente valiosos. Una
limosnita en votos para este buen muchacho, por favor. La Carrió en
cuatro años dinamitó todos los puentes por donde pasó. Con su relato eso
es lo que hizo.
El caso de Mastrocola es singular. El dirigente gremial ha tenido
diversas posiciones, pero eso es común en los dirigentes gremiales. Los
afiches y las publicidades testimoniales lo ubican, para esta elección
(y su candidatura a diputado nacional) sostenido por el aval del
Midachi, Miguel del Sel. Los pensamientos públicos del actor cómico
serían los mismos a los que Mastrocola adheriría. Es lo que dice. El
último de sus pensamientos es muy controvertido. El sexo de las
muchachas pobres y los planes de ayuda. Como hacer, como decir. Quien lo
sabe. Ni Mauricio Macri lo sabe.
Carlos Castellani es un hombre de la UCEDÉ, un confeso liberal, sin
grandes enojos ni memorables peleas. Cuando el peronismo se acercó al
partido de María Julia Alzogaray Castellani fue parte del Estado. Eso
dijo. Eso hizo. Carlos Castellani es consecuente con la postura liberal.
Su presencia junto a Rodríguez Sáa y Vernet, la fórmula presidencial
donde recaló para su candidatra, no es fácil de explicar. El sector
donde pretende juntar votos es conocido. El es un neoliberal en un país
concebido, según los críticos antiliberales más clásicos, como una nueva
colonia con desarrollo capitalista dependiente. Castellani es un
coherente. Dice y hace eso, neoliberalismo. Es de respetar.
Federico Pez, hombre del norte santafesino, es parte del radicalismo.
Cuanto declara periodísticamente es pasible de sanción disciplinaria. Al
juego de los slogan el radicalismo participó con lo suyo: …"que se
rompa, pero que no se doble"…
Típico caso de comportamiento contradictorio. La postura del radicalismo
admite una pregunta: ¿harán buena letra para ser parte del gabinete
provincial de 2011 a 2015? Lo que contesten los inscribirá en el ser y
deber ser o, mejor: en la más obvia de las conductas políticas: se dice,
pero no hay que creer todo lo que se dice.
Rodolfo Vacchiano es otro típico caso de coherencia. Se declara
peronista. Va con Eduardo Duhalde. Explicar a Duhalde no es ni será su
tarea. La advertencia la agradecen todos. En el país el nerviosismo de
esta fracción peronista aparece cuando deben extenderse en la
explicación de Das Neves antes que la de Duhalde.
Todo indica que el peronismo kristinista logrará cinco bancas de las
diez en disputa en la Provincia de Santa Fe. No es poco si se mira la
lista de diputados. Mejor: es muchísimo. Sorprendente. Si las cinco
personas candidatas, seguramente diputados nacionales por cuatro años,
caminaran dos cuadras por La Peatonal Córdoba de la ciudad de Rosario,
no serían interrumpidos, seguirían hablando solos. No es prudencia de
los rosarinos. No les conocen el nombre ni las caras. País generoso el
nuestro, donde la que dice es otra persona, ajena, y se acepta su
palabra como dogma. El peronismo está, con la lista de diputados
nacionales, al borde del milagro. Mejor que decir es hacer, pero mucho
mejor resulta ser un desconocido que juró fidelidad a CFK.
El socialismo, con Juan Carlos Zabalza como número uno de la lista,
apunta a sostener la propuesta: el socialismo crece desde el píe. No
dicen mucho. Hacen poco. Lo justo. Parece demasiado ante la desolación
reinante. Son, en cierta forma, la medida tranquila de los gobiernos
populares. Ves, ves, ves que se puede.
La teoría del relato como plan de gobierno merecería un estudio serio,
de los que admiten ser leídos por los hombres del claustro. No es el
caso nuestro. Escritores de periódicos para lecturas diarias. Ya
llegarán quienes pondrán el moño a una conducta tan evidente como
generalizada.
En Argentina, siglo XXI, es mejor decir que hacer y es infinitamente
superior una promesa que una realidad. Ni homenajes reales el 22 de
agosto, ni el 17 de octubre. El pasado no cobra facturas en otro sitio
que en el futuro. Así con las arterias como con la economía.
Lo que no se hizo, lo que no se concretó entrará por la ventana del
baño, como dicen los escarabajos, y se llevará puesta la mentira del
relato simbólico, de las sociedades líquidas y de los que apuestan a una
carta, así sea la bellísima reina de corazones. A propósito, el maestro
tiene algo que decir: …" quien sabe Alicia este país, no estuvo hecho
porque si…"
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